SU VIDA: El 17 de agosto de 1850 moría en
Francia José de San Martín. Tras pelear en España contra las tropas
napoleónicas, regresó a su patria en 1812. Tuvo su primera victoria a favor de
la causa de la independencia de América en el combate de San Lorenzo, al frente
de los Granaderos a Caballo. Más tarde, como parte de su estrategia de liberar
Chile y Perú del dominio español, asumió la gobernación de Cuyo y organizó el
Ejército de los Andes. Tras cruzar la cordillera, obtuvo las victorias de
Chacabuco, en 1817, y de Maipú, en 1818, que aseguraron la independencia de
Chile. En julio de 1821 entró en Lima, Perú, y el 28 de ese mes declaraba la
independencia de ese país. El 3 de agosto San Martín tomó el título “Protector
del Perú”.
Junto con Bolívar es considerado el libertador más importante
de Sudamérica de la colonización española.
SU RETIRO: Vuelto a Mendoza en enero de 1823,
pidió autorización para regresar a Buenos Aires y reencontrarse con su esposa
que estaba gravemente enferma. Bernardino Rivadavia, ministro de gobierno del
gobernador Martín Rodríguez, se lo negó argumentando que no sería seguro para
San Martín volver a la ciudad. Su apoyo a los caudillos del Interior y la
desobediencia a una orden que había recibido del gobierno de reprimir a los
federales, le valió que los unitarios quisieran someterlo a juicio.
No obstante, decidió viajar a Buenos Aires, donde el 3 de
agosto de 1823 falleció su esposa. La lápida de su sepultura, reza: «Aquí yace
Remedios de Escalada, esposa y amiga del general San Martín».
Al llegar a Ba As es considerado un conspirador. Desalentado
por las luchas internas entre Unitarios y Federales, decide marcharse junto a
su hija Mercedes el 10 de febrero de 1824 tenía 45 años.
Allí, en Francia, falleció a la edad de 72 años, a las tres
de la tarde del 17 de agosto de 1850, en compañía de su hija Mercedes y de su
yerno.
El General don José de
San Martín en Santiago del Estero:
Sabías que... En Manogasta, un lugar histórico desconocido
para muchos santiagueños, fue una de las postas donde durmieron, comieron y
cambiaron sus caballos muchos próceres de la patria en su afán de tener una
nación libre y próspera.
En este lugar, San Martín junto a su Ejército detuvo su
caballo buscando un alivio para tantas horas de sacrificio. “El general San
Martín llegó a la posta de Manogasta y fue atendido por Bernardo Roldán, el
hombre encargado de asistir a quienes allí paraban”.
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