miércoles, 6 de noviembre de 2024

Historias e imágenes del recuerdo.

Por Juan Carlos Carabajal

 


Jacinto tocó la puerta de mi casa una siesta candente de febrero, allá por 1985 ... o quizás fue en el ´86. Tenía pelo largo, un pantalón jogging de color naranja y el ánimo optimista. Y muchas ganas de escribir.

Dio la casualidad que el músico atamisqueño Elpidio Herrera se encontraba pasando unos días en mi casa. Estábamos junto a mi hijo Fabio -el resto de mi familia estaba en Jujuy- cuando el músico/luthier nos alegró con su presencia.

Antes de esto, Elpidio ya me había pasado con su sachaguitarra una melodía y me había dicho: "esto te manda Jacinto para que le pongas letra".

Meses después, Jacinto y Peteco fueron a verme a mi trabajo, en una oficina provincial adonde trabajé hasta el año ´90. Llegaron a las apuradas a reclamarme la letra de la chacarera. La letra no existía aún. Yo, en los inicios de mi tarea compositiva, no tenía la dinámica adquirida mucho después.

Resulta que la cantante cordobesa Suna Rocha estaba por grabar. Y les había pedido, para su disco, un tema a Peteco y otro a Jacinto.

"Eh muchachos!!" -les dije- "me faltan un par de estrofas, tenganme paciencia ... vengan mañana y ya estará el tema completo". Nada de eso era cierto. Aún no había comenzado mi trabajo, aunque ya tenía la idea (lo cual no es poca cosa en materia de escritura). Eso sí, yo ya tenía pensado escribir sobre una leyenda popular, de las tantas que existen en la memoria colectiva santiagueña.

Apenas se fueron, intenté sentarme a escribir en la oficina. Sorprendidos, mis compañeros no salían del asombro por haber visto a los dos músicos.  No era común ver en persona a figuras tan importantes en pleno ascenso hacia la popularidad de los escenarios.

Mis compañeros, lejos de ayudarme con el silencio, se amontonaban con el ánimo de darme ideas. Ante esto, busqué la tranquilidad de un depósito donde se amontonaban viejos archivos. Ahí hice la letra, esa misma mañana, sin interrupciones y de un tirón.

Cuando vinieron los dos muchachos al día siguiente, ya con el alivio de la tarea cumplida, les entregué el papel con la letra de Hermano Kakuy.

Como final de la historia, Suna eligió para su disco Perfume de carnaval y dejó de lado la chacarera, que debutó en el disco Transmisión huaucke, editado por el sello independiente Confluencia, en uno de los más logrados trabajos de la historia del foklore nacional pues sintetiza un espíritu tradicional con otro mucho más contemporáneo.

Transmisión huaucke es una muestra de lo que los changos recogieron en su andar por el mundo, por la gran ciudad, de haber alternado con otros estilos (recordemos que Jacinto también participó en bandas de rock) y de haber tocado con gente como Chango Farías Gómez, Mono Inzaurralde y Verónica Condomí en aquel interesante proyecto denominado MPA.

Para finalizar, quiero destacar al recordado Rafael Touriño Cantos y al querido Jorge Juan, cuyos trabajos ilustran esta nota. Las fotos del memorable disco fueron sacadas en Vuelta de la Barranca, a poca distancia de la capital santiagueña.

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