La noche del domingo 20 de octubre de 1991, “Ventana Abierta” entrevistaba a Jacinto Piedra en su domicilio del Barrio Belgrano. En la madrugada del viernes 25, un accidente truncaba la vida del popular artista santiagueño.
"Alma elegida. Te vas
empuñando una guitarra. Tu canto azul, más que nunca azul de cielo, ya se
encarna en el caballo cósmico que Siempre te ha esperado.... para eternizarte.
Partir es volver. Volver significa no haberse ido nunca."
“Nos fuimos a vivir a Buenos
Aires cuando yo era muy chiquito. Viví parte de mi niñez y juventud en Morón.
Extrañaba mucho Santiago.
Extrañaba el canal de Tala Pozo, los juegos; el clima extrañaba.
Buenos Aires es muy frío. Me
acuerdo que había llevado pantalones cortos, mi hermana había llevado pollerita
y allí se usaba ya ropa más abrigada.
Cuando sos chico no decides por
vos. El desarraigo que dicen algunos no se produce por uno ni por los padres de
uno.
Las condiciones sociales que
atravesaban la provincia en esos momentos obligo a emigrar a mucha gente.
Peteco también ya se había ido
con los padres.”
La Aventura Musical en Buenos
Aires
Allá era simplemente Ricardo
Manuel Gómez, y en los escenarios se presentaba como Ricardito “el niño
cantor”. El chico santiagueño de voz prodigiosa, el que a los 8 años deslumbro
el auditorio de la prestigiosa Radio EL Mundo.
A los 12 años ya andaba mezclado
en los grupos de música progresiva. Tocaba el bajo y cantaba en “Malva Blues”,
de Morón y luego en “El Obelisco”.
“Con peteco somos amigos desde
chicos, desde los primeros años. Éramos del mismo barrio, Peteco, por ejemplo,
se largó a cantar más grandecito. Yo estudiaba guitarra y tocaba con grupos. Éramos
los primeros que tenían el pelo largo, las camisetas y todas esas cosas. Mi raíz
estaba en el folklore. Venia de todo lo que era Santiago. Pero en ese momento
la música progresiva nos gustaba a todos.
Así fue que anduvimos muchos años
en esto, pero después, la música que se llamó progresiva, al comercializarse,
al ser empresa, entonces la música empieza a ser proyectos de empresarios y es
ahí cuando los intereses corrompen todo. Toda la espiritualidad, la energía,
todo lo que sería el arte.
El arte fundamentalmente se basa
en los sentimientos y en la espiritualidad, yo creo que aun el más hipócrita de
los artistas si es artista en el alma tiene cosas buenas.
Lo de la música progresiva se
descompone, y bueno sobreviven los que han podido acomodarse a este sistema, a
este juego.
Dentro de eso, nosotros empezamos
a organizar nuestros primeros recitales, como una manera de hacernos ver y
conocer.
Teníamos en claro que lo más
importante de esto era el público.”
Jacinto Piedra nace cuando
Horacio Guarani queda admirado de su canto y se convierte en su padrino
artístico. En 1983 Jacinto graba su primer disco.
“Los discos son importantes
cuando son hechos en función del arte.
Hubo sellos como Trova, como
Diapasón, otros sellos independientes donde el artista tenia real acceso a la
grabación. Iba mejorando el panorama.
yo siempre he sido un intérprete,
pero me he puesto a componer a pesar de que considero que hay gente con mucho más
talento que yo para eso, pero me largaba a componer para pincharlos a los
demás, para que produzcan mejores cosas los que tienen talento. En Santiago se
han dado cosas muy importantes los últimos años.
Al hacer los temas es como una
manera de mostrarse uno.
Yo trato de inspirar a los
músicos como yo, o más jóvenes, que recién empiezan para que se animen y hagan
música. Trato de transmitirles la experiencia que uno a adquirido sobre el
escenario.”
¿Qué es lo que puede dar un
músico a la comunidad?
-Nosotros los músicos somos en
vehículo del mensaje que te esta tirando la gente. Y uno debe escucharla,
interpretarla. Debe tener el don y el tiempo. Entrar en un estado contemplativo
permanente de la vida, de las cosas.
Por ahí preguntan: “che, ¿a qué
te dedicas?”, “a tocar la guitarra”, “si, ¿pero de que trabajas?”
¿Pasa por ahí el compromiso?
-Por ahí pasa. Te decía lo de los
músicos porque yo he sufrido mucho por no poderme comprar un instrumento.
Un instrumento nuevo no es un
equipo de gimnasia. Y el músico necesita un cable, un equipo, una buena
guitarra. Y a veces son inaccesibles.
La industria de la música avanza
en todo el mundo, entonces nosotros pasamos a ser un servicio utilitario. Y eso
lo tenemos que tener bien en claro.
¿Has tenido apoyo por parte de tu
familia?
-Si, bastante; bueno, ellos
también han sido artistas. No he tenido un padre que me ha dicho: “No toques”.
Al contrario: “Toca, pero toca bien”, me decía.
Los grandes escenarios que
recorrió mi padre con la danza, los he recorrido cantando. Eso es un gran orgullo
para mi.
¿Como ves el futuro?
-De tanto andar y andar me he
convertido yo en un proyecto. Yo soy el proyecto con toda su derivación, ¿no?. Ojalá
un día pueda tener acceso a trabajar por estructuras nuevas dentro del arte así
sea que tenga que caer en lo político. Yo quisiera trabajar para poner unas
escuelas de piano aquí en Santiago donde haya 10 píanos para que los chicos que
tengan mucho talento estudien. Desde muy chiquitos ya, formarlos. Formar
camadas, y vas a ver que, en 10 años, 20 años, vamos a tener generaciones de
excelentes músicos. Yo he venido para trabajar en ese tipo de proyecto en
Santiago. Hay otros proyectos que solamente estando al lado del poder se puede
luchar por esos espacios estancados que no han progresado en muchos años.
Hay gente que toma las ideas que
otros tiran y pasan a ser después los dueños de la pelota. Por lo menos deben
leer y conocer el proyecto del otro, acompañar y no copiarlo. Eso es lo lindo.
Pero cuando vos no puedes, en tu corazón no existen esas cosas, no puedes hacer
nada por nadie. Y ese es un tipo triste.
Yo sigo creyendo que es bueno
hacer un conjunto, a tal punto que he armado muchas cosas después de “Los
Santiagueños”, espectáculos, todos diferentes, con el grupo vocal Causay, con
Horacio Banegas. He impulsado todas esas cosas dentro de lo que puedo hacer.
Mira que yo ando en ómnibus, no tengo auto. Ando como puedo, pero con ingenio.
He compartido con Orígenes, con Elpidio
Herrera, el acceso que yo tenía a los grandes festivales.
-Volcar en tu provincia lo que
puedes dar, a partir de la experiencia recogida...
-Si. No quiero ir a Buenos Aires
ya que todo está centralizado allá. Desde aquí quiero realizar este proyecto,
aunque aparentemente allá tenga mayores posibilidades. Creo que tenemos que caminar
por la música, para que este proyecto que compartimos con Santiagueños siga.
Tiene que seguir abriendo escuelas de piano, escuelas de guitarra. Uno puede
estar en condiciones de ver y acompañar todo eso sin clasificar ni calificar.
A partir de ahí, podemos hacer
cualquier revolución sin arma, la mejor, la pacífica. Eso desemboca en la
pintura, en el teatro, en el cine, en muchas cosas.
Pero lo más fuerte de Santiago,
lo que hay que cuidar es el patrimonio musical que tenemos.
Crear organismos para que a
través de los mismos nos unamos y podamos llevar adelante este proyecto. Porque
al más alto gobernante y al más humilde de los militantes, le gusta la
chacarera.”
Hugo Orlando Ramírez
Extraído de la revista “Ventana
Abierta”
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