viernes, 11 de abril de 2025

José Luis Torres recuerda la Canción Perdida de Peteco Carabajal (1998)

 


Era la primavera de 1998 y Peteco llegó a Rosario presentando su último CD titulado “Andando”. Fuimos convocados junto a otros medios de prensa y Matilde Bonzini era su encargada de prensa. Una reunión normal donde Peteco comentó el disco, su contenido y sus expectativas y respondió todas las preguntas que se le hicieron. Matilde había visitado Rosario en distintas oportunidades y nos conocía a la mayoría de los difusores de folklore y cuando terminó la reunión me llamó aparte para decirme “Esta noche vamos a juntarnos a comer un asadito en casa de Élide, avisale al Puka y los esperamos”.

Fuimos esa noche con el Puka, nuestra amiga Élide nos recibió con su habitual hospitalidad y mientras Marcelo atendía la parrilla, compartimos con Peteco empanadas santiagueñas recién horneadas, calientes, sabrosas y picantes por un buen ají que Matilde había traído de Santiago a la vez que nos preguntaba “¿Han traído una guitarra?”. El Puka, rápido le contestó “Peteco, trajimos dos violas. Podés elegir la mejor” En esas reuniones la comida siempre era una excusa para luego escuchar a los cantores y saborear un vino entre amigos.

Normalmente en esas juntadas la guitarra pasaba de mano en mano, pero esa noche estaba Peteco, no era para desperdiciar la oportunidad de escuchar un recital íntimo de semejante creador. 

Comenzó Peteco a desgranar sus temas, todos muy recientes y la mayoría pertenecían al trabajo recién grabado. En un momento nos dice: “En este disco está faltando un tema que lamentablemente no pude grabar” Lo miramos sorprendidos y alguien preguntó “¿Qué pasó, fué censurado?” Sonreía Peteco y nos dice “Nó, para nada. Se cayó y no pudo ser”. Seguimos escuchando en silencio esperando una explicación.

“En junio fuimos con mi hermano Demi a ver el Mundial de Fútbol en Francia. Como todos los argentinos, muy ilusionados con nuestro equipo. Comenzamos muy bien en Toulón ganándole a Japón, después eliminamos a Jamaica y luego a Croacia.

Venía linda la cosa, ya nos veíamos festejando otro título. Estábamos en cuartos de final y la copa estaba muy cerca, todo era festejo para nosotros, nos juntábamos con los hinchas argentinos y las calles de Francia estaban inundadas de banderas argentinas.  

Era tan importante ese Mundial que Marcelo Tinelli llevó todo su equipo y transmitía su programa Videomatch en vivo desde París, lo veían en Argentina en directo y lograba récords de audiencia. A esa altura yo, como muchos, estaba totalmente convencido que salíamos campeones mundiales.

Esa noche, después de ganar a Croacia sabíamos que el siguiente rival  era Inglaterra y se jugaba en Saint-Etienne, me encerré en el hotel y pensé “Voy a componer un tema para esta selección que nos dá tantas alegrías, se lo merecen”. Me salió de una, era un escondido, lo volví a repasar y me dí cuenta que estaba perfecto, hasta el título me gustaba, se llamaba “Los argentinos llevamos el sol”. Fuimos con Demi a la concentración pero no era tan sencillo ingresar. Estaban todos los canales de televisión buscando la primicia de estar con los jugadores y lógicamente era imposible poder entrar a la concentración.

Seguimos buscando un resquicio para entrar y tuvimos la suerte de encontrarnos con un santiagueño, ¿Cuándo no iba a estar un santiagueño? Era nada menos que el utilero de la selección, se llamaba Carlitos Peralta. Fue nuestro compinche y gracias a él pudimos entrar al vestuario, se la cantamos al plantel, estaban tan entusiasmados como nosotros y ya soñaban con la final. El Chelo Delgado y Orteguita zapateaban cuando cantamos, el clima era fiesta. Hasta nos regalaron camisetas y tuvimos la primicia que iban a usar la camiseta azul en el partido contra los ingleses.                 

El equipo venía en alza y nos tocó enfrentar a Inglaterra, duro rival y eternos rivales nuestros. Con mucho esfuerzo y luego de definir por penales también celebramos el triunfo. El próximo rival era Holanda nada menos.

Nos pusimos de acuerdo con Tinelli y programó que ese sábado a la noche después del partido la cantáramos en vivo en su programa de televisión para que el festejo del triunfo lo escuche todo el país.

Solo faltaba jugar y ganar, pero veníamos tan embalados (el equipo, la hinchada argentina y nosotros) con tanto entusiasmo que lo dábamos por hecho. Roa era un león en el arco, Ayala un baluarte, Zanetti imparable en sus subidas, el Cholo Simeone empujando el equipo, Orteguita estaba endiablado, Batistuta era una fiera, la magia de la Brujita Verón, todo el plantel era una garantía.

                                                                                                                Y con ese entusiasmo fuimos a la cancha, se jugaba en Marsella, el rival era nada menos que Holanda, eternos rivales nuestros. Partido bravo, por supuesto, pero nuestro equipo era para tenerle mucha fé. Fue un partido muy reñido, Holanda tuvo un jugador expulsado y teníamos un buen momento, hasta que al Burrito se le salió la cadena, cabeceó al arquero y nos dejó con 10. Todavía seguíamos en carrera pero faltando un minuto Holanda nos embocó un gol y nos frustró el sueño de estar en la final.                                          

Ya no hubo festejos, tampoco pudimos cantar la canción en el programa de Tinelli, quedamos destruídos. Ya nada tenía importancia, la copa era otro sueño postergado, como nos pasó tantas veces. Hicimos las valijas y nos volvimos. Aquel escondido pasó a ser solo un recuerdo, pero si quieren se los muestro”.

Por suerte tenía un grabador de bolsillo y la grabé en ese momento, escuchando ese audio les puedo recordar la letra de aquel momento. 

               Los argentinos llevamos el sol (1998)

Los argentinos llevamos el sol
en las banderas como un corazón.
Porque sabemos que es padre y amor
Donde vayamos llevamos su calor.
Para jugarle al mundo Passarella convocó
veintidós jugadores a la selección
Roa en el arco nos salva del gol
Zanetti, Ayala, Sensini y Chamot.
Y ya comienza el toque, Almeida la pone al ras
para que el Cholo Simeone comience a atacar
La hace bailar la Brujita Verón
y el Piojo López ya enciende el motor.
Se paran las tribunas, Ortega picó y frenó
cediéndole a Batistuta la gloria del gol.

Con Germán Burgos hay serenidad,
también Caballero que puede atajar.
Hombres de lucha sueñan conectar
Vivas, Astrada, Pineda y Pablo Paz
Oyendo chacareras, retorna al pago canción
el es Carlos Peralta, utilero y cantor.
Chelo Delgado desborda de fé
Balbo, Hernán Crepo, la quieren meter.
Y si hay que definirlo, buscando la claridad
el Muñeco Gallardo se pone a jugar.
La Bruja Berti acomoda el balón
Sabella y Gallego miran el reloj.
Se paran las tribunas, Ortega picó y frenó
cediéndole a Batistuta la gloria del gol.

Pasaron algunos años y el tema quedó olvidado hasta que en el 2005 Peteco graba un CD titulado “Chayna Kunam - 1”, retoma aquella vieja melodía compuesta en 1998 y con una nueva letra la graba con el título “Los santiagueños”. Incluso rescata la primera copla del viejo tema y así se puede escuchar en esa versión “reciclada”.

          Los santiagueños (2005)

Los santiagueños tenemos al sol
en las banderas como un corazón.
Porque sabemos que es padre y amor
Donde vayamos llevamos su calor,
andando por el mundo nos pueden reconocer
hablando en chacareras por Diego o Gardel.
Pero en Santiago ya es otro el cantar
viene de lejos nuestra libertad,
Como el agua del río que baña tu corazón
así de lejos venimos renovándonos.
Una comarca embrujada de sol
no puede ser nunca de un conquistador.
No hay ser po' agradecido quien niega la condición
de ser un fruto nativo de esta gran nación.

Tras de las coplas, de patio y amor
hay salamancas de sangre y dolor
Para la infancia que es gracia de Dios
hay algarrobas y hay desnutrición.
Abuelos milenarios, nos hablan sobre la piel
y somos las añoranzas de Julio Jerez.
Leila y Patricia, prendieron la fe
las une la muerte y la vida también.
Carlos Arturo Juárez, 50 años dominó
no hay nada que agradecerle, ya olvidémoslo.
Hachas, quebrachos, silencio, calor,
ausencia y caminos, historia y valor.
Los hijos de tus hijos,
seguro que han de cantar hermosas
chacareras por la libertad.

Como verán, una historia singular y desconocida. Un tema que de haber triunfado la selección en Francia pudo haberse convertido en un éxito popular pero el destino tenía otros designios. Nunca se llegó a grabar pero nos quedó aquella vieja grabación del patio de Élide donde Peteco nos regaló esta joyita de “Los argentinos llevamos el sol”.

Rosario, 11 de abril del 2022

Fuente: Omar Estanciero


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