La verdad es que… sería algo casi imposible. Y no es por falta de ganas, ¿quién no soñó alguna vez con ver los techos de las casas cubiertos de blanco? Pero hay razones muy concretas que lo explican.
El clima no ayuda (y
nunca lo hizo)
Santiago del Estero tiene un clima subtropical semiárido, lo
que en pocas palabras significa calor, mucha sequedad y pocas lluvias. Las
temperaturas promedio anuales oscilan entre los 18°C y los 22°C. Sí, incluso en
invierno. Eso ya nos da una pista: el frío necesario para que nieve simplemente
no llega.
¿Y si hablamos de
altura?
La provincia está asentada en una gran llanura. Su altitud
promedio ronda apenas los 200 metros sobre el nivel del mar. Nada de sierras,
nada de montañas. Y eso importa mucho, porque en general, cuanto más alto
estás, más probable es que nieve. Por eso, en zonas cordilleranas, como Mendoza
o el sur andino, las nevadas son algo habitual.
¿Frío? A veces.
¿Suficiente? Casi nunca.
En las noches más heladas del invierno santiagueño, el
termómetro puede bajar a 0°C o 5°C, especialmente en zonas rurales. Pero ese
frío es pasajero. Para que nieve, se necesita algo más que un rato de abrigo
extra: hace falta frío constante, sostenido, y por debajo de los cero grados. Y
eso, en Santiago, no ocurre.
La humedad también
juega en contra
Además del calor, Santiago del Estero tiene un clima seco.
Muy seco. Las lluvias son escasas, y cuando llegan los frentes fríos desde el
sur, ya han perdido buena parte de su fuerza. Sin humedad en el aire, no hay
cómo formar copos de nieve. Es como intentar hacer hielo sin agua.
Y si miramos el mapa…
La provincia está bastante alejada de las masas de aire polar
que vienen del sur del país. Esas olas de frío que a veces congelan la
Patagonia o incluso Buenos Aires, muy rara vez llegan con la misma intensidad
hasta acá. Y cuando lo hacen, ya no tienen el poder de desencadenar una nevada.
Pero… ¿podría nevar
alguna vez?
Bueno, posible no significa probable. En un escenario
extremo, muy extremo, la nieve podría aparecer. Algo así como:
Una masa de aire polar fuera de lo común, como la que
sorprendió a Buenos Aires en 2007.
Temperaturas bajo cero sostenidas durante varios días.
Y, sobre todo, una cantidad inusual de humedad en el aire.
Una combinación muy difícil. Pero no imposible.
En resumen
Santiago del Estero tiene todo en contra para ver nevar: el calor,
la poca altura, la sequedad del aire y su ubicación lejos del sur helado. Por
eso, es una de las provincias con menor probabilidad de nevadas en todo el
país.
Un dato curioso para
cerrar
En julio de 2023, algunas zonas de Córdoba registraron heladas
históricas. Sin embargo, ni siquiera en ese contexto hubo nieve en Santiago.
Solo frío. Mucho frío, sí… pero sin copos blancos cayendo del cielo. ❄️🔥
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