sábado, 23 de agosto de 2025

El retrato oficial de Mama Antula: la historia del artista que la pintó en su lecho de muerte, cómo su obra fue arruinada y la restauración que la rescató.

En 1799, tras el fallecimiento de Santa María Antonia de San José, las hermanas que compartían la Casa de Ejercicios decidieron llamar al pintor José de Salas para que hiciera una copia. Esto fue parte de la recuperación del primer cuadro, que hoy en día se considera el retrato oficial de la Santa. También se abordaron los detalles sobre la reactivación de la causa y las personas que estuvieron involucradas en ella.

El paño con la copia del cuadro de Mama Antula que pintó Salas, en la Basílica de San Pedro. La Santa nunca se dejó retratar en vida. Salas debió pintarla muerta... pero como si estuviera con vida

El 7 de marzo de 1799, a las tres de la tarde, María Antonia, la beata fundadora, falleció en la Casa de Ejercicios. Ante este hecho, notaron que nunca se había realizado un retrato de ella, dado que jamás lo había permitido en vida. Ante el inminente sepelio (que se realizó al otro día, de madrugada, en el camposanto de la iglesia de la Piedad), raudamente se fue a buscar a la ciudad a José Salas. Cabe recordar que la Casa de Ejercicios estaba ubicada muy lejos de casco céntrico, y había que atravesar tres arroyos para llegar a la plaza de la Victoria (actual plaza de Mayo). Además, cuando llovía, eran imposibles de atravesar.

Cuando José de Salas arribó, trazó unos esbozos del rostro de la difunta y con ellos se retiró a pintar el cuadro. Era muy común que se retrataran cuadros con religiosas fallecidas, como por ejemplo la colección de cuadros de las “monjas coronadas” en el Perú. Pero a Salas le solicitaron que la pintara viva, y no difunta.

Por lo tanto, el pintor ubicó a María Antonia de pie, frente a la Casa de Ejercicios, envuelta en su manto negro, que utilizaba en forma de velo y vestida con un hábito negro y al cuello un velo blanco que lo cubre. El cuadro es un óleo cuyas dimensiones son 125 cm de alto por 90 cm de ancho, incluido el marco de madera. La paleta de colores aplicada se limita al ocre, al rojo y al negro. El cuerpo de la beata ocupa la mayor parte de la superficie pictórica. Su rostro se destaca por la forma angular y por la mirada ensimismada, orientada hacia la derecha. En su mano derecha sostiene una cruz alta y en la izquierda un libro abierto. Detrás de ella se observa la puerta de ingreso a la casa de ejercicios. Salas escribirá -textual- debajo del cuadro: “Doña María Antonia de la Paz. Fundadora de esta Santa Casa. Nació en la ciudad de Santiago del Estero el año de 1730; i murió en esta Capital el día 7 de marzo de 1799. Este retrato es obra de Don José Salas, quien, por afecto a esta Señora, lo colocó graciosamente… para perpetuar su memoria.”

De este epígrafe, queda clarísimo que Salas nos dijo dónde nació: “en la ciudad de Santiago del Estero” y el año “1730″. ¿Por qué dudar de un contemporáneo de la santa que dejará por escrito en su obra semejante dato? Si este dato hubiera sido erróneo ¿no creen que lo corregiría? Salas y la santa misma en sus cartas repiten una y otra vez: “…nací en Santiago del estero”. Y otro dato importante: coloca el año de nacimiento.

Este retrato fue colgado en la habitación donde falleció la Santa, pero con el paso del tiempo y el descuido se fue deteriorando. Al notar esto, y antes de sufrir unos de los tantos repintes, fue convocado el pintor retratista García del Molino, para que basando en el cuadro de Salas pintara otro, y así lo hizo.

Lo pintó en 1861, con el fin de reemplazar al de Salas. Es probable que este encargo implicara un desafío significativo por el prestigio de la imagen primigenia, y García del Molino escribirá sobre el mismo cuadro en forma de ovalo: “Da. María Antonia de la Paz. Fundadora de esta Santa Casa de exercicios Espirituales de Buenos Aires, Montevideo y otras. Nació en la ciudad de Santiago del Estero en el año 1730 y murió en esta B° Ayres el 7 de marzo de 1799. D n. José de Salas (a) el madrileño hizo el retrato de la Fundadora y obsequió con él esta Casa. No estando ya bueno este y hubiéndo aparecido el bosquejo original, su paisano Cura de Sn Telmo Dn Ramón García costeó el presente en el año 1861. Pint. p. Fdo García del Molino”

Acá, García del Molino nos repite el lugar del nacimiento y el año, nadie lo corrigió, y eran contemporáneos a la santa. Es decir que los datos eran certeros. Este cuadro de García del Molino podemos observar que es diametralmente opuesto al de José de Salas. Pero era copia fiel… ¿Cómo es posible?

El cuadro de Mama Antula que pintó Salas, muy deteriorado y oscuro antes de la restauración


El cuadro que observó García del Molino cuando hizo la copia es tal y como lo copió. La cuestión es que, con el paso de los siglos, el cuadro de Salas tuvo hasta 12 repintes. Y es importante aclarar que García del Molino encontró los bosquejos del cuadro original, él mismo nos lo dice: “…No estando ya bueno este y habiendo aparecido el bosquejo original…”

La imagen que observamos en García del Molino, es de una señora mayor, (recordemos que tenía 69 años vividos en el s. XVII) con pelo cano y de cara más redonda y este será el rostro de la estatua mortuoria que mandará a ejecutar Mons. Ezcurra en Génova, Italia para depositar en su sepulcro de la actual santa en la basílica de la Piedad. Estas imágenes distan mucho de lo que hoy observamos en el cuadro de Salas.

Fuente: Infobae

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