viernes, 19 de septiembre de 2025

Ricardo Rojas: el apasionado creador del “primer nacionalismo cultural” argentino.

 


Imaginá que vivís a principios del siglo XX, en una Argentina que crece a pasos agigantados con la llegada de inmigrantes de todo el mundo. En ese ambiente de cambios, el escritor, poeta e historiador Ricardo Rojas tuvo una idea genial: integrar nuestras raíces indígenas, la herencia española y el aporte de las corrientes migratorias en una sola noción de identidad nacional. ¿Cómo lo hizo? Con letras, historia y un amor profundo por la cultura de su tierra.

Un inicio con sello familiar

Ricardo Rojas nació en Tucumán el 16 de septiembre de 1882, pero pasó sus primeros años en Santiago del Estero bajo la influencia de su padre, Absalón Rojas, un gobernador progresista que fundó 100 escuelas y destinó la mitad del presupuesto provincial a la educación. Desde chico, Ricardo respiró el valor de la enseñanza y la curiosidad intelectual: estudió en Santiago y se graduó como bachiller en 1898. Aunque viajó a Buenos Aires para estudiar Derecho, enseguida descubrió que lo suyo era la literatura y la investigación histórica.

De poeta romántico a historiador de la literatura

Su primer libro, “La Victoria del Hombre” (1903), fue apenas un calentamiento. La verdadera fama arribó con “El País de la Selva” (1907), una obra que mostraba su interés por los paisajes, las historias y las tradiciones de la Argentina profunda. Poco después, vino “La restauración nacionalista” (1909), donde ya se notaba su empeño en invitar a los argentinos a estudiar y enseñar seriamente el pasado. Con “Blasón del Plata” (1910), “Argentinidad” y “Eurindia” (1916 y 1924, respectivamente), profundizó la idea de que la identidad argentina surgía de una mezcla de raíces europeas e indígenas.

Su proyecto más ambicioso fue la “Historia de la literatura argentina”. Publicada inicialmente en cuatro volúmenes (1917-1922), llegó a tener nueve en ediciones posteriores. Esta obra es un hito porque no sólo analiza textos literarios, sino que propone una visión completa de la cultura en el Río de la Plata. En sus páginas, Rojas destaca el género gauchesco —con el “Martín Fierro” de José Hernández como emblema— para remarcarlo como base de una literatura genuinamente argentina.

Más que libros: la misión de educar

Ricardo Rojas no se limitó a escribir: fue profesor en las universidades de La Plata y Buenos Aires, impulsó la cátedra de Literatura Argentina y promovió un instituto de investigaciones para profundizar en la historia y la cultura del país. Como decano de la Facultad de Filosofía y Letras y luego rector de la Universidad de Buenos Aires, defendió la idea de que la educación y la cultura eran la llave para unir a la sociedad y fomentar un lógicamente nuevo “orgullo nacional”.

El “padre de la escuela literaria nacionalista”

Algunos, incluso, lo llamaron “el padre de la escuela literaria de los nacionalistas”. Sus ideales: promover la enseñanza de la historia y la literatura propias, criticar el egoísmo y la corrupción que veía en el gobierno, y subrayar la importancia de integrar a los indígenas y a los inmigrantes en la identidad argentina. Paradójicamente, como buen liberal, no temía lanzar comentarios severos contra la “arrogancia y la indolencia” que a veces nacían de los abundantes recursos naturales del país.

Legado y despedida

Entre sus obras más populares figuran “El Santo de la Espada” (1933), sobre la vida de José de San Martín, y “Ollantay. Tragedia de los Andes” (1939). Falleció en Buenos Aires el 29 de julio de 1957, dejando tras de sí un arsenal de libros, ensayos y reflexiones que siguen presentes en la cultura argentina. Un año después, su viuda, Julieta Quinteros, donó la casa de la calle Charcas 2837 al Gobierno; hoy funciona allí un museo y una biblioteca que resguardan documentos, objetos y piezas clave de la historia de Rojas.

Si alguna vez te preguntaste cómo nació la idea de una identidad cultural argentina que no reniega de sus raíces europeas, indígenas y criollas, Ricardo Rojas tiene buena parte de la respuesta. Su pasión por la literatura, su empeño en unir pasado y presente y su labor incansable en la educación lo convirtieron en uno de los grandes intelectuales argentinos del siglo XX. Una personalidad tan polifacética que, incluso hoy, sigue inspirando a quienes buscan en las letras, la historia y el diálogo cultural una forma de redescubrir quiénes somos y de dónde venimos.

Fuentes consultadas

* Folclore del Norte

* Altamirano, Carlos (1983). “Ensayos argentinos”. CEAL.

* Becco, Horacio Jorge (1962). “Revista Iberoamericana”. Pittsburgh.

* Payá, Carlos - Cárdenas, Eduardo (1978). “El primer nacionalismo argentino. Manuel Gálvez y Ricardo Rojas”. Peña Lillo.

* Zubieta, Ana María (1987). “La historia de la literatura. Dos historias diferentes”. Filología, XXII(2).

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