EL año 1961 nos deparó una sorpresa que colmó nuestra inquietud, nos referimos al conjunto vocal "Los Huanca-Hua". Hoy, a un año de la presentación de estos artistas, el público rubrica con aplausos y merecido reconocimiento la labor emprendida. Creemos que este hacer marca un nuevo rumbo en la vocalista musical popular argentina, y aunque esta forma tan particular de encarar los arreglos de las obras a interpretar tenga predecesores (conjunto Universitario Achalay, algunas versiones de los Andariegos, etc.), estos artistas están realizando de tal manera su trabajo que supera lo hecho y acrecienta el estilo en forma sin par. Esta es otra de las facetas que justifica el florecimiento "seudofolklórico". Con ellos notamos que la música popular argentina evoluciona día a día. Hemos imaginado que el lector estará ansioso de conocer de cerca cómo trabajan estos jóvenes cultores de nuestra música, por ello, hemos decidido establecer y concretar una entrevista a fin de conocerlos en la intimidad de la labor.
La zona norte del Gran
Buenos Aires (Vicente López, Martinez, etc.) presenta en otoño caracteres tan
propios que al convivir uno con ellos recibe infinitas muestras de inagotable
valor. Como nuestro itinerario nos indicaba dirigirnos hacia esa zona, el punto
de referencia eran San Isidro, nos encaminamos, pues, por una de sus avenidas,
con el interés que nos presenta todo lo que desconocemos. La apacible,
silenciosa y casi mística tarde, nos refería a cada paso las huellas del
trajinar, del ir y venir de aquellos que desenvuelven sus vidas en este
monstruo de concreto y créditos que es nuestra capital y sus alrededores. Hemos
arribado a nuestro objetivo. He aquí el aula, el atelier, el laboratorio de
donde ha de salir la expresión de estos artistas. Típica casona de fin de
siglo, sobresale a la vista del visitante un amplio recinto que, dicho sea de
paso, en sus dimensiones bien podría ubicarse un departamento "nueva era-,
coronado por vitraux de magníficos diseños y tonalidades que hacen de la luz
del sol una magnífica sinfonía de colores. En esta sala es donde los artistas
trabajan y donde en estos momentos están plasmando un nuevo arreglo vocal de
una conocida danza tradicional, la "Chacarera de mis pagos".
Iniciamos la charla
dirigiéndonos a Juan Enrique Farías Gómez, el "Chango", creador de
estos engarees sonoros.
-¿Cómo
trabajan ustedes el material a elaborar? -Bueno, en primer lugar, llevamos a
cabo la elección de la obra.
Interrumpiéndonos,
Figueroa Reyes nos relata una interesante y reciente anécdota sobre el
particular, nos dice:
-Hace
un par de días fuimos a casa del doctor Biagosch (autor de zamba de la Navidad)
a oír algunas de sus obras recientes, estaba con él en esos instantes el autor
de "Allá por colonia Dora", y en un momento dado dicho creador -Beltrán Neirot- se decidió a cantar una "chacarerita" y acto seguido
nos brindó la "Chacarera de mis pagos". Todos al unísono, y sin mencionar
palabra alguna, quedamos prendados de la obra, está de más decirle con qué
cariño la tratamos de realizar.
-Con
esto queremos significarle nos dice más allá "Coco" (la voz
inconfundible de los "Ejes de mi carreta", y cuyo nombre es Carlos
Alfredo del Franco Terrero), que todos tenemos que estar convencidos de la obra
para realizarla. Es la única forma en que podemos hacer las cosas. O todos
sentimos lo que hacemos, o directamente no lo llevamos a la práctica. Por otra
parte, todos nuestros oyentes, amigos, público, críticos, reconocerían falta de
calor, de espíritu, más aún, no responderíamos con honestidad artística a los
que nos alientan con verdadera sinceridad.
Retomando la
conversación, el "Chango" Farías Gómez nos relata:
-Cuando
todos estamos de acuerdo con la obra a realizar, me encierro en ella por un
tiempo tratando de bosquejar la estructura de la misma. Una vez que estoy
conforme con el esqueleto, en uno de los ensayos que realizamos diariamente
comienzo a llevarla a la práctica.
-¿Quiere decir con esto
que todo el arreglo está en su cerebro y poco a poco lo vuelca para dar forma a
lo que llegará a ser más adelante un surco de un LP?
-No:
lo que yo indico es el armazón. Ahora bien, la verdadera forma la modelo a
medida que realizamos lo que he pensado y con la colaboración de los muchachos.
Todas nuestras características vocales onomatopéyicas son intensamente
elaboradas, en donde después de un fuerte trabajo nos decidimos, por ejemplo,
por una u otra sílaba.
-No
olvide nos informa Guillermo Urien- que todas nuestras onomatopeyas son remedos
de ritmos, motivos, giros, etc. de nuestra música folklórica. Tomen ustedes,
por ejemplo, el acompañamiento de esta chacarera, verá en las distintas formas
de realizarlo características similares a las que el hombre de campo efectúa ya
sea con sus instrumentos o con su voz.
-También
les hago notar-nos acota el "Chango Farías Gómez- que no sólo en forma onomatopéyica
remedamos al músico rural, sino en su manera de ejecutar los instrumentos
musicales; observe, por ejemplo, la introducción de esta chacarera en el
acompañamiento del bombo o el solo de la guitarra.
A raíz de lo expuesto, no
podemos evitar una pregunta, y cortando la exposición de nuestra amiga, la
llevamos a cabo:
-¿Es decir que ustedes
hacen música folklórica argentina?
Los cinco, como acuciados
por una lanzeta, me contestan al unisono:
-No;
pero aclaremos lo que es música folklórica, ya que este punto se presenta a la
polémica y queremos dejar bien aclarada nuestra posición. Toda expresión para
ser folklórica tiene que ser anónima. ¿Usted cree que lo que nosotros hacemos
se encarrila perfectamente en este postulado? Nosotros hacemos música, si bien
está inspirada en motivos, giros, características, ritmos de nuestro folklore musical,
nosotros, como le repito, hacemos música.
Interrumpiendo nuevamente
la exposición, les acotamos que entonces, según ese criterio, ninguno de nuestros
músicos llamados folklóricos hacen folklore.
-Creemos
nos asienten- que no. No obstante, lo referido, el rótulo de folklore que le
cotidiano nos ha impuesto nos halaga, y nos induce a bucear en el mar infinito
de nuestras tradiciones todo el material rico que nuestro pueblo guarda y en el
cual nos inspiramos.
A nuestra solicitud
reinician el ensayo, insistiendo que nos interesa verlos en acción, ya que
nuestro deseo es decir al público cómo trabajan.
Es evidente que esta
agrupación está en la buena senda. La labor que desarrollan diariamente en sus
ensayos demuestra cabalmente con qué seriedad se trabaja. Se desmenuza la obra
y se la reedifica paso a paso, ladrillo a ladrillo, tratando que la base sea
sólida, segura, para que el edificio conformado esté coronado con la
satisfacción de lo realizado. En un ensayo-curiosa e interesante experiencia
podemos comprobar el porqué de ese "swing" que tienen los
"Huanca-Hua". El ritmo, el alma motora de todo nuestro acervo musical
es cuidadosamente tratado y desarrollado. Todo el aspecto telúrico está puesto
en evidencia a cada instante o cadencia musical. Uno reconoce el sabor a lo
nuestro en cada versión, es que lo imponderable de su estilo es llevado dentro
de cada uno de los componentes de este quinteto. Haciendo nuevamente un alto en
la labor, nos relatan las nuevas grabaciones que están efectuando, y agradecen
a los técnicos por su cooperación mencionando lo distinto de las realizadas en
relación al primer LP. Estuvieron llenas de tropiezos. Recuerdan hasta las
sugestiones de la empresa grabadora para conformar el repertorio del disco,
detalle que en esta oportunidad no ha sucedido. Les indicamos si ellos estiman
que la obra está lograda en su extensión, como para decir que está lista. Nos
contesta el "Chango" Farías Gómez:
-Nunca
estará lista, siempre tendremos algo que retocar.
-¿Es cierto lo que se
comenta, que ustedes son la nueva ola del folklore? -preguntamos.
Quien nos dirige la
palabra es Pedro Alberto Farías Gómez, el menor de la familia y que nada había
dicho hasta el momento.
-Esto
no puede aceptarse así por lo que sugiere la "nueva ola", esto
parecería responder a cierto capricho en boga actualmente e impuesto no sé por
quién, que tiene algo de díscolo, versátil y poco duradero. Entiendo que
actualmente sucede, no es un hecho aislado como ustedes mencionan, sino que es
todo un movimiento renacentista, ya que se trata de algo nuestro, vernáculo,
eterno, que puede tener fluctuaciones, pero que es permanente y se consustancia
con nuestra fisonomía nacional. Más aún, a raíz de este movimiento hay una
cierta postura revisionista, y esto, a mi juicio, es bue- no, pero hay que ir a
las fuentes y no contentarse con lo que circula en plaza porque abunda
mercancía adulterada. Nosotros no hacemos folklore moderno o de nueva ola, esto
me suena como decir ante el descubrimiento de un fósil (en sentido figurativo,
se entiende)
Fuente: Revista Folklore

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