miércoles, 9 de julio de 2025

Caudillos, economía y poder en Santiago del Estero (1820-1851)


Introducción

Entre 1820 y 1851, Santiago del Estero vivió un período clave marcado por la construcción de un Estado provincial en medio de guerras civiles, alianzas políticas y transformaciones económicas. Bajo el liderazgo del caudillo federal Juan Felipe Ibarra, la provincia enfrentó desafíos como la reorganización fiscal, el crecimiento poblacional y la tensión entre mitos historiográficos y realidades documentales. Este ensayo explora cómo la economía santiagueña, lejos de la "decadencia" narrada por autores como Orestes Di Lullo, mostró resiliencia a través de su sistema impositivo y su integración a los circuitos comerciales del Río de la Plata, utilizando fuentes contables inéditas hasta el trabajo de Alejandro Yocca (2008).

Crecimiento poblacional y contradicciones historiográficas

Contrario a la narrativa de una sociedad en "franco retroceso" (Di Lullo, 1946), los datos censales revelan un crecimiento demográfico significativo. Entre el censo de Vértiz (1778) y el primer censo nacional (1869), la población en algunas jurisdicciones se multiplicó por diez (Yocca, 2007, Gráfico 1).

Este aumento cuestiona las tesis de Luis Alen Lascano (1996), quien atribuyó el empobrecimiento provincial al libre comercio y las guerras independentistas. Alberto Tasso (2007) matiza esta visión, señalando que la competencia con manufacturas importadas solo se intensificó hacia fines del siglo XIX.

El contexto político: Ibarra, Taboada y la guerra civil

Santiago del Estero emergió como provincia autónoma en 1820, tras separarse de Tucumán. Ibarra gobernó con interrupciones —como las invasiones unitarias de 1831 y 1840—, consolidando un régimen federal aliado a Juan Manuel de Rosas. Su muerte en 1851 desencadenó la ascensión de Manuel Taboada, quien confiscó sus bienes acusándolo de malversación: "administrar los caudales de la provincia arbitrariamente" (Alen Lascano, 1996, p. 203). Esta rivalidad reflejó la pugna entre facciones caudillistas y la instrumentalización de la fiscalidad como herramienta política.

Estructura impositiva: entre la herencia colonial y las urgencias de guerra

El estado santiagueño heredó impuestos coloniales como las alcabalas (4% sobre transacciones) y el diezmo, pero innovó con tributos adaptados a su realidad:

Impuestos clave: Las alcabalas y el piso de carretas (gravamen al tránsito mercantil) fueron los pilares recaudatorios, representando el 60% de los ingresos (Yocca, 2008, Cuadro 1).

Medidas extraordinarias: Empréstitos forzosos y confiscaciones a unitarios (1842) financiaron campañas militares.

Burocracia incipiente: La percepción dependió de receptores locales y la venta de cargos, como el encargado de papel sellado (Yocca, 2008, p. 19).

Economía y comercio: más allá del mito de la decadencia

Los registros fiscales desmienten el estancamiento económico. Rubros como la exportación de cueros y mulas tuvieron impuestos específicos desde 1830, evidenciando su vitalidad. Además, la sequía de 1847-1848 —que obligó a Rosas a enviar auxilios— no paralizó la recaudación, que se mantuvo estable (Gráfico N°1). Como señala Yocca: "el cambio [económico] de orientarse hacia Buenos Aires en vez de Potosí no generó decrecimiento" (2008, p. 3).

Fuentes y legado: un archivo por explorar

El Archivo Histórico de Santiago del Estero (AHSE) conserva balances y libros de caja que revelan la "abundancia de fuentes contrastada con el desorden" (Yocca, 2008, p. 19). Documentos como el Reglamento Provisorio de 1830 muestran intentos por regular la fiscalidad, aunque primó la improvisación. La ausencia de estudios sistemáticos previos —salvo recopilaciones tucumanas como las de Bousquet (1878)— resalta el valor pionero de esta investigación.

Conclusión

La Santiago del Estero de Ibarra fue un laboratorio de construcción estatal donde economía y política se entrelazaron. Lejos de la "agonía" descrita por Di Lullo, la provincia demostró capacidad de adaptación, con una fiscalidad que priorizó el comercio y la tierra pública. Las tensiones entre Taboada e Ibarra, así como los vaivenes entre unitarios y federales, ilustran cómo el control de los recursos definió el poder. Este ensayo invita a profundizar en fuentes aún no catalogadas, que podrían reescribir la historia económica del noroeste argentino.

Fuentes citadas

Yocca, A. (2008). Caudillos y negocios provincianos... XXI Jornadas de Historia Económica.

Alen Lascano, L. (1996). Historia de Santiago del Estero. Plus Ultra.

Tasso, A. (2007). Ferrocarril, Quebracho y alfalfa... Alción Editora.

Gargaro, A. (1944). El Poder Legislativo santiagueño... Amoroso.

Buchbinder, P. (2004). Caudillos de pluma... Prometeo Libros.

Nota final: Este ensayo se basa en documentos primarios del AHSE y estudios académicos, contrastando versiones para mostrar una Santiago del Estero más compleja que la narrada por sus mitos.

"La historia se escribe con documentos, pero también con la voluntad de cuestionar sus silencios" (Yocca, 2008, p. 20).


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