Introducción
Entre 1820 y 1851, Santiago del Estero vivió un período clave
marcado por la construcción de un Estado provincial en medio de guerras
civiles, alianzas políticas y transformaciones económicas. Bajo el liderazgo
del caudillo federal Juan Felipe Ibarra, la provincia enfrentó desafíos como la
reorganización fiscal, el crecimiento poblacional y la tensión entre mitos
historiográficos y realidades documentales. Este ensayo explora cómo la
economía santiagueña, lejos de la "decadencia" narrada por autores
como Orestes Di Lullo, mostró resiliencia a través de su sistema impositivo y
su integración a los circuitos comerciales del Río de la Plata, utilizando
fuentes contables inéditas hasta el trabajo de Alejandro Yocca (2008).
Crecimiento poblacional
y contradicciones historiográficas
Contrario a la narrativa de una sociedad en "franco
retroceso" (Di Lullo, 1946), los datos censales revelan un crecimiento
demográfico significativo. Entre el censo de Vértiz (1778) y el primer censo
nacional (1869), la población en algunas jurisdicciones se multiplicó por diez
(Yocca, 2007, Gráfico 1).
Este aumento cuestiona las tesis de Luis Alen Lascano (1996),
quien atribuyó el empobrecimiento provincial al libre comercio y las guerras
independentistas. Alberto Tasso (2007) matiza esta visión, señalando que la
competencia con manufacturas importadas solo se intensificó hacia fines del
siglo XIX.
El contexto político:
Ibarra, Taboada y la guerra civil
Santiago del Estero emergió como provincia autónoma en 1820,
tras separarse de Tucumán. Ibarra gobernó con interrupciones —como las
invasiones unitarias de 1831 y 1840—, consolidando un régimen federal aliado a
Juan Manuel de Rosas. Su muerte en 1851 desencadenó la ascensión de Manuel
Taboada, quien confiscó sus bienes acusándolo de malversación:
"administrar los caudales de la provincia arbitrariamente" (Alen
Lascano, 1996, p. 203). Esta rivalidad reflejó la pugna entre facciones
caudillistas y la instrumentalización de la fiscalidad como herramienta política.
Estructura impositiva:
entre la herencia colonial y las urgencias de guerra
El estado santiagueño heredó impuestos coloniales como las
alcabalas (4% sobre transacciones) y el diezmo, pero innovó con tributos
adaptados a su realidad:
Impuestos clave: Las alcabalas y el piso de carretas
(gravamen al tránsito mercantil) fueron los pilares recaudatorios,
representando el 60% de los ingresos (Yocca, 2008, Cuadro 1).
Burocracia incipiente: La percepción dependió de receptores
locales y la venta de cargos, como el encargado de papel sellado (Yocca, 2008,
p. 19).
Economía y comercio:
más allá del mito de la decadencia
Los registros fiscales desmienten el estancamiento económico.
Rubros como la exportación de cueros y mulas tuvieron impuestos específicos
desde 1830, evidenciando su vitalidad. Además, la sequía de 1847-1848 —que
obligó a Rosas a enviar auxilios— no paralizó la recaudación, que se mantuvo
estable (Gráfico N°1). Como señala Yocca: "el cambio [económico] de
orientarse hacia Buenos Aires en vez de Potosí no generó decrecimiento"
(2008, p. 3).
Fuentes y legado: un
archivo por explorar
El Archivo Histórico de Santiago del Estero (AHSE) conserva
balances y libros de caja que revelan la "abundancia de fuentes
contrastada con el desorden" (Yocca, 2008, p. 19). Documentos como el
Reglamento Provisorio de 1830 muestran intentos por regular la fiscalidad,
aunque primó la improvisación. La ausencia de estudios sistemáticos previos
—salvo recopilaciones tucumanas como las de Bousquet (1878)— resalta el valor
pionero de esta investigación.
Conclusión
La Santiago del Estero de Ibarra fue un laboratorio de
construcción estatal donde economía y política se entrelazaron. Lejos de la
"agonía" descrita por Di Lullo, la provincia demostró capacidad de
adaptación, con una fiscalidad que priorizó el comercio y la tierra pública.
Las tensiones entre Taboada e Ibarra, así como los vaivenes entre unitarios y
federales, ilustran cómo el control de los recursos definió el poder. Este
ensayo invita a profundizar en fuentes aún no catalogadas, que podrían
reescribir la historia económica del noroeste argentino.
Fuentes citadas
Yocca, A. (2008). Caudillos y negocios provincianos... XXI
Jornadas de Historia Económica.
Alen Lascano, L. (1996). Historia de Santiago del Estero.
Plus Ultra.
Tasso, A. (2007). Ferrocarril, Quebracho y alfalfa... Alción
Editora.
Gargaro, A. (1944). El Poder Legislativo santiagueño...
Amoroso.
Buchbinder, P. (2004). Caudillos de pluma... Prometeo Libros.
Nota final: Este ensayo se basa en documentos primarios del
AHSE y estudios académicos, contrastando versiones para mostrar una Santiago
del Estero más compleja que la narrada por sus mitos.
"La historia se escribe con documentos, pero también con
la voluntad de cuestionar sus silencios" (Yocca, 2008, p. 20).


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