lunes, 7 de julio de 2025

Por el agua y la vida del lago: el embalse que agoniza en silencio

Por: Leyendas del Folclore Santiagueño

 


 

Un espejo de agua que agoniza

Ubicado en la confluencia del río Salí-Dulce, al suroeste de la provincia de Santiago del Estero, el embalse de Río Hondo fue alguna vez símbolo de progreso y esperanza para una región marcada por el clima semiárido y suelos de baja productividad. Su construcción no solo permitió la regulación de crecidas, el abastecimiento de agua potable y el impulso del turismo, sino que también se convirtió en fuente clave de energía hidroeléctrica. Sin embargo, a casi cuatro décadas de su creación, ese cuerpo de agua de 296,7 km² parece acercarse peligrosamente a su colapso ecológico.

La sedimentación: una amenaza silenciosa

Según investigaciones de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE), el lago ha perdido entre un 10 y un 35 % de su capacidad de embalse debido a la colmatación —un proceso provocado por la acumulación de sedimentos arrastrados desde las sierras tucumanas por las lluvias intensas y la degradación del suelo en zonas de cultivo. “En la actualidad, el embalse ha perdido más de 4.000 hectáreas del espejo de agua. Su vida útil, originalmente proyectada para 200 años, se ha reducido a apenas 70”, advierte un informe técnico citado en la presentación elaborada por el Ing. Jorge D. Ragno en 2003.

La formación de un nuevo delta en la desembocadura del río Salí evidencia la gravedad del fenómeno. El delta, producto del aterramiento acelerado, está alterando el curso natural del agua y disminuyendo la profundidad media del lago, que ha pasado a ser de apenas 5,3 metros.

Contaminación con nombre y apellido

A la sedimentación se suma un problema aún más urgente: la contaminación crónica del lago. Durante la época de zafra (octubre a marzo), cuando el lago alcanza niveles críticos de llenado, más del 80 % de su superficie presenta contaminación severa. Los principales afluentes —entre ellos el río Salí, el río Gastona y el arroyo Mixta— arrastran residuos industriales, cloacales y agrícolas que provienen mayormente de la provincia de Tucumán.

Un informe de Gendarmería Nacional revela la presencia de metales pesados como cromo y cobre en niveles superiores a los tolerables. Además, estudios detectaron nitrógeno y fósforo, nutrientes que, si bien son fertilizantes eficientes, promueven la eutrofización del agua, afectando gravemente a la fauna ictícola y al ecosistema acuático en general.

La lista de responsables es extensa y está bien documentada: “Ingenio San Juan, Matadero Banda Río Salí, Frigorífico Fidensa, Curtiembre Banda Río Salí, Citricola San Miguel, Papel del Tucumán S.A.”, enumera la Policía Ecológica de Tucumán en su informe al Juzgado Federal del año 1995. La falta de tratamiento adecuado de efluentes, sumada a la existencia de basurales a cielo abierto como los de Las Talitas o San Miguel de Tucumán, completa un cuadro alarmante.

Reclamos y omisiones

Desde 1997, las autoridades de Santiago del Estero han elevado reclamos a sus pares de Tucumán, tanto en el plano político como judicial. La Defensoría del Pueblo y legisladores provinciales y nacionales han impulsado acciones ante la justicia federal en búsqueda de una solución definitiva. A pesar de estas gestiones, la respuesta ha sido insuficiente y el deterioro ambiental avanza.

 “Las diferencias [entre los informes técnicos] son cuantitativas y no cualitativas. Es decir, el problema existe”, señala la UNSE en un análisis crítico de las discrepancias sobre el nivel de colmatación. Atribuyen la variación de datos no a la falta de idoneidad profesional, sino a las herramientas e instrumentos utilizados para las mediciones. En todo caso, concluyen, “la situación es más grave que lo previsto originalmente”.

Más allá del lago: una amenaza regional

El impacto de la contaminación trasciende los límites del embalse. El trasvasamiento de aguas del río Dulce al Salado para usos agrícolas y ganaderos compromete no solo a Santiago del Estero, sino también a Santa Fe y Córdoba, especialmente a la Laguna de Mar Chiquita, un ecosistema vital en el corazón de la región centro-norte del país.

 “La contaminación en la cuenca del Salí-Dulce afecta directamente la biodiversidad y el uso humano del agua en toda la región”, se advierte en el IV Foro Ambiental de Tucumán (2003).

Epílogo: El espejo roto del norte argentino

Lo que alguna vez fue una obra emblemática de ingeniería hidráulica hoy se convierte en testigo de la desidia, la falta de controles y el uso irresponsable de los recursos naturales. La colmatación y la contaminación no son simples efectos colaterales del desarrollo: son señales de alerta que exigen respuestas urgentes y coordinadas.

Tal como lo advirtió Quinquela Martín en un contexto diferente pero con la misma sensibilidad: “Solo espero que remediemos el mal que hemos hecho, en nombre del progreso, a este riachuelo para beneficio de las futuras generaciones…”.

En este caso, el riachuelo del Norte aún está a tiempo de no convertirse en un nuevo Riachuelo del Sur. Pero el reloj ambiental corre más rápido que la voluntad política.

Fuentes:

Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE). Informe del Dr. Ing. Victorio Mariot.

Diario El Liberal, Diario Nuevo Diario, La Gaceta, La Voz del Interior, Clarín, La Nación.

Foro Social Termas de Río Hondo (2003); Policía Ecológica y Juzgado Federal de Tucumán (1995).

Informe de Gendarmería Nacional sobre trazas de metales pesados.

Presentación “Situación del Lago Embalse Presa Río Hondo”, Ing. Jorge D. Ragno, 2003.

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