jueves, 7 de agosto de 2025

El bombo legüero: un viaje por el corazón rítmico del folklore argentino

 Carlos Rivero, músico y docente, desentraña en su método Bombo Legüero y Percusión Folklórica Argentina los secretos de este instrumento emblemático. Su investigación revela un origen multicultural, técnicas de construcción ancestrales y ritmos que definen la identidad musical del país.


El bombo legüero no es solo un instrumento: es un puente entre continentes, un testimonio vivo de la mezcla cultural que forjó Argentina. Desde las comunidades afrodescendientes en Santiago del Estero hasta las danzas andinas, su sonido grave y resonante ha acompañado celebraciones, luchas y memorias. Pero, ¿cómo llegó a convertirse en el alma de nuestro folklore?

Un instrumento con raíces globales

En las páginas de su libro, Rivero desafía las narrativas tradicionales. Mientras algunos musicólogos como Isabel Aretz vinculaban el bombo a las cajas de guerra europeas, el autor rastrea su parentesco con tambores africanos —como los de Guinea o Camerún— y afroperuanos. Pruebas históricas, como censos del siglo XVIII en Salavina (Santiago del Estero), revelan una población negra significativa, clave en la difusión de estos ritmos.

"No podemos negar el aporte africano ni los elementos árabes que llegaron con la colonia", escribe Rivero, citando grabaciones de curulao colombiano o marineras peruanas, donde ya asomaban combinaciones de 6/8 y 3/4, base de géneros como la chacarera.

El arte de construir un bombo

El método detalla con precisión artesanal cómo se fabrica un bombo legüero auténtico:

Caja: preferentemente de ceibo seco, aunque hoy se usan maderas más accesibles como guatambú.

Parches: de cuero de oveja, cabra o incluso —en zonas rurales— de panza de burro o venado.

Tientos: cuero crudo o de suela, trenzado para tensar los parches.

Rivero advierte sobre los "secretos" del armado: desde mojar los cueros hasta ajustarlos con templaderas, un proceso que requiere paciencia y oficio.

Ritmos que cuentan historias

El libro desglosa los patrones rítmicos de géneros como:

Vidalas: lentas y solemnes, con acentuaciones que imitan el canto con caja.

Chacareras: rápidas y festivas, donde el bombo marca el diálogo entre guitarra y violín.

Carnavalitos y huaynos: con compases irregulares heredados de tradiciones prehispánicas.

Cada ritmo se ejemplifica con partituras y adaptaciones para set de percusión, invitando a músicos a explorar desde lo tradicional hasta lo experimental.

Cierre reflexivo

El bombo legüero es más que madera y cuero: es un símbolo de resistencia cultural. En sus golpes resuenan las huellas de pueblos originarios, africanos esclavizados y criollos que reinventaron su identidad. Como escribe Rivero: "El folklore es un ente vivo que da libertad e identidad". Hoy, su legado sigue latiendo, no solo en peñas y festivales, sino en las manos de quienes, como Rivero, se atreven a mezclar herencia y innovación.

Fuente: Bombo Legüero y Percusión Folklórica Argentina (Carlos Rivero, 2004).

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