Carlos Rivero, músico y docente, desentraña en su método Bombo Legüero y Percusión Folklórica Argentina los secretos de este instrumento emblemático. Su investigación revela un origen multicultural, técnicas de construcción ancestrales y ritmos que definen la identidad musical del país.
Un instrumento con
raíces globales
En las páginas de su libro, Rivero desafía las narrativas
tradicionales. Mientras algunos musicólogos como Isabel Aretz vinculaban el
bombo a las cajas de guerra europeas, el autor rastrea su parentesco con
tambores africanos —como los de Guinea o Camerún— y afroperuanos. Pruebas
históricas, como censos del siglo XVIII en Salavina (Santiago del Estero),
revelan una población negra significativa, clave en la difusión de estos
ritmos.
"No podemos negar el aporte africano ni los elementos
árabes que llegaron con la colonia", escribe Rivero, citando grabaciones
de curulao colombiano o marineras peruanas, donde ya asomaban combinaciones de
6/8 y 3/4, base de géneros como la chacarera.
El arte de construir un
bombo
El método detalla con precisión artesanal cómo se fabrica un
bombo legüero auténtico:
Caja: preferentemente de ceibo seco, aunque hoy se usan
maderas más accesibles como guatambú.
Parches: de cuero de oveja, cabra o incluso —en zonas rurales— de panza de burro o venado.
Tientos: cuero crudo o
de suela, trenzado para tensar los parches.
Rivero advierte sobre los "secretos" del armado:
desde mojar los cueros hasta ajustarlos con templaderas, un proceso que
requiere paciencia y oficio.
Ritmos que cuentan historias
El libro desglosa los patrones rítmicos de géneros como:
Vidalas: lentas y solemnes, con acentuaciones que imitan el
canto con caja.
Chacareras: rápidas y festivas, donde el bombo marca el
diálogo entre guitarra y violín.
Carnavalitos y huaynos: con compases irregulares heredados de
tradiciones prehispánicas.
Cada ritmo se ejemplifica con partituras y adaptaciones para
set de percusión, invitando a músicos a explorar desde lo tradicional hasta lo
experimental.
Cierre reflexivo
El bombo legüero es más que madera y cuero: es un símbolo de
resistencia cultural. En sus golpes resuenan las huellas de pueblos
originarios, africanos esclavizados y criollos que reinventaron su identidad.
Como escribe Rivero: "El folklore es un ente vivo que da libertad e
identidad". Hoy, su legado sigue latiendo, no solo en peñas y festivales,
sino en las manos de quienes, como Rivero, se atreven a mezclar herencia y
innovación.
Fuente: Bombo Legüero y Percusión Folklórica Argentina
(Carlos Rivero, 2004).
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