"La perfección y los
arreglos de sus interpretaciones no sólo de música criolla argentina (las
chacareras “La bilingüe” y “La quichuista” y la zamba “La yerba buena” son
maravillas por su pureza y rigurosidad folklórica) sino de obras de Héctor Villalobos,
Negro Spirituals, Bach y Jazz fueron antológicas.
Carmen (la “Chocha” que
acaba de fallecer), Manuel (¨Manolo”), Julio (“Chololo”) y Jorge Rubén
(“Gogui”) fueron los cuatro hermanos Gómez Carrillo que integraron este famoso
Cuarteto Vocal de Cámara argentino, el primero en su género en nuestro país,
donde impusieron el canto polifónico “a capella” e incursionaron en los más
variados géneros musicales, tanto clásicos como contemporáneos, y en la música
popular de inspiración folklórica de nuestro país y de otros países europeos y
americanos.
Pertenecientes a una
antigua familia de Santiago del Estero, eran hijos del maestro Manuel Gómez
Carrillo - compositor, investigador de nuestro folklore y educador - y de la
pianista doña Inés Landeta César.
Al mismo tiempo que
realizaban sus estudios universitarios, que culminaron exitosamente en
filosofía, derecho, medicina y ciencias económicas, ellos mismos fundaron y
organizaron este cuarteto vocal de cámara que cultivó una tradición musical que
se remonta al Renacimiento: la polifonía vocal sin acompañamiento instrumental.
La agrupación nació al
calor del hogar, fruto espontáneo de vida espiritual y reconcentrada. Para
llenar los momentos de descanso tras la jornada estudiantil, los jóvenes Gómez
Carrillo cantaban y estudiaban música con sus padres, educando insensiblemente
sus naturales cualidades vocales y su vigorosa inclinación por el canto a
varias voces. Don Manuel, su padre, con humor llamaba “cuarteto de sobremesa” a
esta incipiente institución que pronto sería el famoso Cuarteto Gómez Carrillo.
Investigadores pacientes
de las posibilidades sonoras de sus voces ensayaron múltiples formas de
expresión. Comenzaron por ponerse en contacto con los más famosos polifonistas
de los siglos XV y XVI, de distintas escuelas y estilos. Adaptaron a manera de
ejercicio técnico, fugas de Juan Sebastián Bach originales para clave;
“leyeron” fragmentos de cuartetos instrumentales de Schubert y Debussy;
abordaron las principales páginas corales de Hindemith, Milhaud y Honegger;
inclusive, en continuada búsqueda, transformaron sus voces en instrumentos para
traducir el “clima sonoro” de la música de Strawinsky, en el Gran Coral de la
“Historia del soldado”. Sin detenerse en los escollos de estas difíciles
experiencias, cultivaron también la música tradicional de casi todos los países
del mundo en originalísimas formas; canciones y danzas europeas,
latinoamericanas, cantos de macumba afrobrasileños, “negro spirituals” o
sincopadas formas del “jazz”.
De esta manera el
Cuarteto logró formar un repertorio en el que se hallan representados más de
cuatro siglos de música vocal “a capella”.
Un día, Gastón O.
Talamón, autorizado crítico musical, escuchó al Cuarteto Gómez Carrillo en
privado, y entusiasmado, tuvo la feliz iniciativa de promover su primera
presentación pública. Así actuó en la asociación de artistas “La Peña” de
Buenos Aires, que se reunía en el famoso Café Tortoni, en septiembre de 1942,
con notable éxito, el que se renovó sucesivamente en cada una de sus
presentaciones en los centros musicales de mayor jerarquía.
Bernardo Iriberri,
empresario promotor de tantas e inolvidables jornadas artísticas en nuestro
país, incluyó al Cuarteto Gómez Carrillo en su elenco de celebridades mundiales
presentándolo en la sala del Teatro Odeón de Buenos Aires, en agosto de 1944,
con la más cálida acogida del público y el definitivo dictamen de la crítica.
El Cuarteto Vocal Gómez
Carrillo fue en su momento un conjunto único en su género dentro del medio
artístico argentino, recibió excelentes críticas a lo largo de su trayectoria.
Sus conciertos en la Asociación Wagneriana, en el Teatro Odeón y en el Teatro
Colón de Buenos Aires, en “El Círculo” de Rosario, en el S.O.D.R.E. y el Teatro
Solís de Montevideo, en el Teatro Municipal de Río de Janeiro y en la
“Sociedade de Cultura Artística” de San Pablo, así como su actuación
radiofónica principalmente en las Radios Belgrano, Splendid y El Mundo de
Buenos Aires, y en la televisión de Argentina, Brasil y Uruguay.
Fue muy destacado, por su
alto nivel cultural y por las personalidades que participaron en el mismo, su
programa “En casa de los Gómez Carrillo” junto con Augusto Bonardo, en el
entonces único Canal 7.
A través de éstas y
muchas más actuaciones en el interior del país y en el extranjero, el Cuarteto
fue considerado por la crítica internacional como uno de los más completos
conjuntos vocales y único en el canto “a capella”, cuyas posibilidades según el
crítico musical austríaco Arpad Kövy, “llegó a desenvolver hasta una perfección
asombrosa”.
Enrique Villegas, con
motivo de reeditarse un LP del Cuarteto, dijo en 1977: “Luego de la visita de
los Swingle Singers a Buenos Aires, la gente se quedo asombrada; pero se olvidó
de que el primer “Swingle” argentino fue el Cuarteto de los hermanos Gómez
Carrillo, que veinticinco años antes ya hacia lo mismo; cantaba motetes, cosas
a cuatro voces y aquí nadie les había llevado el apunte”.
Y Eduardo Falú opinó:
“Cuando aún no se conocían antecedentes sobre el original tratamiento que este
conjunto imprimía a las voces con la incorporación de sensaciones y colores
raros (imitación de instrumentos de viento, cuerdas y percusión) unida a un
ajustado estilo polifónico a capella, el Cuarteto Gómez Carrillo inauguró una
nueva forma de expresión musical con todos esos singulares elementos y recursos
que luego serían adoptados por otros conjuntos similares que hoy están en boga
en la Argentina y en el exterior. Es decir, los Gómez Carrillo son los
precursores de un nuevo estilo en el que las voces se convierten en
instrumentos merced a una paciente labor para lograr esos efectos que hoy
tienen vigencia en todo el mundo”.
Si bien el Cuarteto
realizó también diversos registros fono eléctricos en Buenos Aires y Río de
Janeiro, lamentablemente muy pocos de ellos se han conservado y recuperado.
Los compromisos
profesionales que atendían activamente a la par de sus presentaciones
artísticas, y otras obligaciones familiares, hicieron que este singular
cuarteto vocal argentino fuera restringiendo sus actuaciones paulatinamente a
partir de 1960. Manolo falleció en 1992, Julio en 1999 y la Chocha en 2009.
Cuando nos casamos con
Marinieves en Washinton en 1965, Manolo Gómez Carrillo era Ministro de la
Delegación Argentina ante la OEA. Si bien nos conocíamos de antes, allí pudimos
intimar y forjar una muy honda amistad que vivimos hasta su fallecimiento en
1992.
Es una profunda pena que
se desconozca hoy la obra realizada por este excepcional Cuarteto Vocal de
Cámara. Quizá sea uno de los proyectos que debemos imponernos en la Academia
del Folklore de la República Argentina.
Lo mismo
–desgraciadamente- ocurre con otros grupos como el “Cuarteto Contemporáneo” que
formaran allá por fines de los 50 y principios de los 60 en Mendoza Tito
Francia, Jorge Montana, Mario Bravo (autor de esa bellísima tonada “Tal vez un
día”) y Oscar Cánova. NO sé si hay grabaciones de este cuarteto.
Otros grupos vocales
fundamentales sin duda fueron el “Coro Universitario Aclalay de La Plata” que
dirigía Rubén Urbiztondo y “Llajta Sumac” que dirigía Esteban Velardez y en el
que estaban Remberto Narváez, Guillermo Arbos, Lorenzo Vergara y Miguel Angel
Trejo en el piano. Y otros precursores de arreglos vocales como el Pato
Gentilini en Tucumán.
Y sería una perogrullada
mencionar a ese extraordinario creador que es mi fraterno Chango Farías Gómez
con sus “Huanca Hua”, el “Grupo Vocal Argentino” y “MPA”. El Chango nos sigue
asombrando con sus arreglos".
Antonio “Tonito”
Rodríguez Villar
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