miércoles, 12 de noviembre de 2025

Soco Díaz, el eco de una vidala que aún resuena

 


El 12 de noviembre de 1948, el silencio se posó sobre Santiago del Estero. Aquel día partía Francisco Benicio “Soco” Díaz, músico, autor y compositor, mitad de un dúo que marcó un rumbo en el canto popular junto a su hermano Julián “Cachilo” Díaz: los inolvidables Hermanos Díaz.

Su nombre quedó prendido en la memoria de los patios y en la voz de quienes lo oyeron tocar. Un año después de su partida, la señorita María Botargues le rindió homenaje recitando una vidala escrita por el Dr. Rodolfo Arnedo, titulada “Sentido estoy”, un poema que parece brotar del mismo corazón de la tierra:


Hermano fue tu partida,
tristeza, llanto y dolor,
toda mi ilusión perdida,
sentido estoy.
 
Nada ha quedado en la casa,
solito está mi corazón,
ni el tum tum de tu caja,
sentido estoy.
 
Qué hora más triste aquella
en que se apagó tu voz,
y perdí mi única estrella,
sentido estoy.
 
Silencioso se halla el huerto
y tu fuelle sin clamor,
como si estuviera muerto,
sentido estoy.
 
Cuando despiertan las alas
con ansias de oír tu voz,
hay un gemir de vidalas,
sentido estoy.
 
Haz que suenen tus vidalas
y de nuevo tu canción,
con el fulgor de sus galas,
sentido estoy.

Aquel homenaje, pronunciado en noviembre de 1949, fue más que un recuerdo: fue un modo de mantener vivo su legado en el aire del monte y en la voz de su pueblo.

La investigación forma parte del libro inédito “Biografías de folcloristas santiagueños (Primera parte)” del escritor Omar “Sapo” Estanciero, quien resguarda en sus páginas la memoria de quienes dieron forma al alma musical de Santiago.

 

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