viernes, 6 de diciembre de 2024

El Zóco de Bertolt Brecht

Jorge Rosenberg 


Primero se llevaron a los que habían robado bocaditos en Bonafide pero yo no me preocupé porque nunca he robado un bocadito de Bonafide. 

Después se llevaron a los que se rajaron sin pagar en el Rincón de los Artistas, pero yo no me preocupé porque a Don Pedro Evaristo Díaz no le debo ni un peso. 

Después vinieron los que sabían ir a La Paloma sin abonar la tarifa del coche de plaza, pero yo no me preocupé porque entonces era muy chico. 

Después vinieron los que habían sido socios del Inti Club, pero yo no me preocupé porque he sido siempre socio de Estudiantes Unidos BBC. 

Después se llevaron a los políticos corruptos, pero yo no me preocupé porque ni siquiera sé que es eso. 

Después vinieron los que comen la empanada con la pasa de uva adentro, pero yo no me preocupé porque yo las saco y las tínquio. 

Después vinieron por todos aquellos que se habían ido sin pagar alguna noche la sangría en El Kakuy y ahí me he empezado a preocupar un poco porque más de una vez me había hecho humo con los changos. 

Después vinieron por los que sabían vender el diario La Hora viejo por las noches aprovechando cuando había corte de luz y también me he preocupado un poco porque eso también sabíamos hacer. 

Después se llevaron a aquellos que a los pasteles le dicen empanadas, pero yo no me preocupé porque soy bien santiagueño y sé nombrar las cosas por su nombre. 

Es tarde ya, están golpeando a mi puerta. Yo la abro despacito y con mi mano derecha hago un ademán en mi cogote y les digo: Zóco de la buri buri, pan con suri, medias Nuri, comida de Atterburi y buchi con sal. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario