Hay muchas historias que intentan explicar por qué el 7 de abril se celebra el día de la Zamba argentina. Una de ellas menciona que en el año 2000, Marcelo Ábalos, conocido como Machaco, se despidió de este mundo "agitando pañuelos". Así, cerraba un capítulo de más de cincuenta años de música nacional, donde cinco hermanos, "Los Ábalos", llenaron de vida y anécdotas la historia musical de nuestro país, especialmente en Santiago del Estero.
No sé, pero hay algo
misterioso en esta zamba; su origen parece envolverse en leyendas que se
cuentan alrededor de fogatas, entre sombras y chisporroteos.
Lo que parece casi
seguro (un compilador podría decir: "totalmente seguro") es que esta
hermosa zamba no es de Chazarreta. El gran maestro de Santiago la registró como
compositor. Sin embargo, en Chazarreta no encontramos la mala intención que
Francisco Canaro tuvo en la música ciudadana.
Los Hermanos Ábalos
afirmaban que nunca se sabría quién fue su autor. En resumen, lo que se conoce
hasta ahora es que esta zamba, madre de todas las zambas de tres vueltas —lo
que ya la convierte en una "rareza"— es de Autor Anónimo, recopilada
por Don Andrés Chazarreta a principios del siglo pasado y registrada en 1916.
Si no hubiera sido por él, seguramente se habría perdido.
Desde entonces, ha
habido un gran debate entre santiagueños y tucumanos sobre su verdadero origen.
La gran Isabel Aretz sostiene que el autor sería el Ñato Carrillo, un
violinista tucumano que falleció en 1911. Pero ella no lo dice porque lo haya
descubierto, sino porque lo afirmaba un tradicionalista llamado Rafael Oliva,
quien también era tucumano. Aunque, curiosamente, la familia
"Carrillo" tiene más raíces santiagueñas. Ahora, en cuanto a
confirmar su origen...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario