Las Termas de Río Hondo, ubicada en la provincia de Santiago del Estero, se consolida como uno de los centros termales más relevantes de Argentina y Sudamérica. Su recurso estrella —las aguas termales— no solo ha moldeado la identidad cultural de la ciudad, sino que también ha impulsado su economía, dinamizado su tejido social y transformado su fisonomía urbana. Sin embargo, detrás de su crecimiento turístico, se esconde una compleja tensión entre aprovechamiento y sostenibilidad.
Una ciudad forjada por
el agua
El desarrollo urbano y turístico de Las Termas se basa en un
sistema hidrotermal alimentado por acuíferos de origen natural, ubicados entre
los 30 y 420 metros de profundidad, y caracterizados por temperaturas de hasta
57 °C. Estas aguas, mesotermales y ricas en minerales, poseen propiedades
terapéuticas reconocidas incluso por la OMS, lo que dio origen al fenómeno del
“turismo salud”.
Actualmente, más de 5000 pozos permiten el acceso individual
al agua termal —desde hoteles hasta residencias familiares— lo que convierte a
la ciudad en un caso único a nivel nacional. Esta disponibilidad, junto a una
ubicación geográfica estratégica y una infraestructura de más de 14.000 plazas,
la posiciona como destino predilecto del NOA.
Turismo: motor
económico y social
Durante el invierno, la ciudad vive su auge: recibe hasta
150.000 turistas por temporada, con picos en julio y agosto. La mayoría
proviene de Buenos Aires, Córdoba, Tucumán y Santa Fe, y más del 50 % son
personas mayores de 60 años que buscan tratamientos balneoterapéuticos y
tranquilidad climática. El turismo genera un fuerte movimiento económico en
servicios, hotelería, comercio y artesanías, y emplea a miles de trabajadores,
aunque el 82,5 % lo hace de forma transitoria.
Sin embargo, fuera de temporada, la ciudad entra en una
pausa. Hoteles, locales comerciales y restaurantes cierran, y muchos jóvenes
migran hacia otras regiones en busca de empleo. La estacionalidad, por tanto,
plantea un desafío estructural.
¿Crecimiento sin
límites?
El aprovechamiento intensivo del recurso hidrotermal ha
provocado un descenso constante en los niveles piezométricos de los acuíferos y
la mezcla de aguas de distintas calidades, lo que pone en riesgo su pureza y
sostenibilidad. Este uso indiscriminado se agudiza en temporada alta, cuando se
consumen hasta 2 hectómetros cúbicos de agua termal, generando presiones sobre
un recurso que, aunque renovable, tiene límites.
"Evolución del consumo de agua termal por temporada (en hectómetros cúbicos)"
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Fuente: Estimaciones del estudio de Osvaldo Santillán, 2005. |
Entre el esplendor y la
advertencia
Según el modelo de evolución turística de Chadefaud, Las
Termas atraviesa su fase de madurez, pero corre el riesgo de ingresar en la de
obsolescencia si no se gestionan adecuadamente sus recursos. La ciudad enfrenta
hoy una encrucijada: o se encamina hacia una mutación sustentable, integrando
el turismo con políticas ambientales de largo plazo, o ve erosionado su
principal atractivo.
Hacia un modelo
sostenible
El documento concluye con un llamado claro: es imprescindible
una gestión ambiental integral y una conciencia colectiva que preserve el
patrimonio natural y cultural de Las Termas de Río Hondo. Solo así podrá
sostenerse como destino turístico de excelencia sin comprometer el legado para
las futuras generaciones.
Fuente: El Turismo y el recurso hidrotermal en la ciudad de
Las Termas de Río Hondo
Autor: Lic. Osvaldo Santillán
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