La Zamba de Vargas es una conocida canción popular de autor
anónimo y, a su vez, la zamba más antigua de la que se tenga registro musical.
De ella se ha dicho que es "la madre de todas las zambas". Es
probable que la "Zamba de Vargas" exprese el momento histórico y
artístico en que la zamacueca afroperuana, ya en versión de cueca chilena, se
transformó para dar origen a la zamba argentina, uno de los estilos musicales
más representativos del folklore de ese país.
Su origen data de la época en que se libró la sangrienta
Batalla de Pozo de Vargas, sucedida el 10 de abril de 1867, durante las guerras
civiles argentinas, donde se enfrentaron las fuerzas federales del caudillo
Felipe Varela y las del gobierno nacional argentino, dirigidas por el general
Antonino Taboada, y la tradición popular interpreta como un enfrentamiento
entre riojanos y santiagueños -principalmente, adoptando aquellos el bando
federal y éstos el bando del gobierno nacional presidido por Bartolomé Mitre.
La tradición popular le ha atribuido haber sido interpretada por una banda
militar en pleno combate y haber revertido la suerte de las armas, a favor de
los santiagueños. La canción se transmitió durante décadas en forma oral, con
letras variables según el bando que defendían los intérpretes, y es una
manifestación de los sentimientos patrióticos ligados a la pertenencia a las
diferentes provincias o patrias chicas que integran la Argentina, enfrentadas
en el curso del siglo XIX, a causa del sistema de gobierno que habría de
establecerse en la Constitución.
Se interpreta con dos melodías, una recopilada por Andrés
Chazarreta en 1906, y la otra por Luis Peralta Luna. Por otra parte, se han
recopilado y arreglado diversas letras, agrupadas en lo que se conoce como
versión riojana y versión santiagueña. Entre las recopilaciones se destacan las
realizadas por Domingo Lombardi, Juan Alfonso Carrizo, Vicente Forte, Los
Hermanos Ábalos y Bartolomé Peralta Luna.
La tradición popular dice que la canción fue ejecutada en
pleno combate, insuflando de valor a los soldados santiagueños que integraban
las tropas nacionales al mando de Taboada, que así revirtieron la suerte de las
armas que les era adversa, y que por esa razón tomó desde entonces el nombre de
"Zamba de Vargas".
La veracidad de la versión se encuentra cuestionada por los
investigadores, pero está sostenida documentalmente por un artículo publicado
el 10 de abril de 1906, por Ambrosio Salvatierra, un ex capitán del ejército de
Taboada y sobreviviente del Pozo de Vargas. Salvatierra relató sus vivencias de
la batalla en una carta firmada con el seudónimo de Un veterano, y publicada
por el diario El Siglo de Santiago del Estero, para conmemorar el 39º
aniversario de la batalla. Allí sostiene que Taboada mandó tocar "un
gato" para levantar la moral de sus tropas y cuenta lo siguiente:
Las tropas electrizadas con los acentos del baile nacional,
prorrumpieron en gritos, en vivas al general y mueras al enemigo. Todos los
soldados comenzaron a bailar, arremangándose el chiripá y tomando el fusil por
el medio.
Ambrosio Salvatierra.
La letra recopilada por Antonio Lombardi, que acompaña la
versión de Chazarreta, da cuenta de esa tradición cuando dice:
En el entrevero se
alzó esta zamba
llevando en sus notas
bríos al alma.
En idéntico sentido, el recitado compuesto por Bartolomé Peralta Luna dice:
Cuentan de los
santiagueños,
que al verse ya
derrotados,
su jefe mandó a tocar
la zamba para
animarlos.
Y cuando vibrar oyeron
la música de sus pagos
volvieron cara,
venciendo
al ejército invasor.
El historiador Luis Alén Lescano ha investigado esta tradición en un artículo titulado "Pozo de Vargas, la victoria de una zamba", concluyendo que se trata de una obvia leyenda, sostenida por el poder de un relato en el que una batalla se decide por el influjo de una canción y los soldados bailan mientras combaten y mueren.
Pero si bien la leyenda de su ejecución en batalla no aparece
como cierta, sí lo es el hecho de que tanto el ejército nacional al mando de
Taboada, como el riojano comandado por Varela contaban con bandas de música; en
el primer caso, la banda estaba dirigida por el mayor catamarqueño José
Brizuela. El dato es muy importante porque establece un vínculo probable entre
las tropas que intervinieron en la Batalla de Pozo de Vargas con el origen de
esta zamba. Alén Lescano opina que es probable que la canción se originara con
ritmo de zamacueca chilena, por influencia de los combatientes chilenos que
integraban el ejército riojano, bailándose en los campamentos de ambos
ejércitos. De allí los soldados santiagueños la habrían llevado a su provincia,
donde ya era popular en 1870, primero como zamacueca y luego como zamba.
Es decir, la zamacueca primero se santiagueñizó, y
transformada en zamba cobró después ciudadanía nacional.
Luis Alén Lescano.
El santiagueño Andrés Chazarreta (1876-1960), escuchó en su
hogar la "Zamba de Vargas" desde su infancia y en 1906 inició su
carrera musical recopilándola por primera vez y ejecutándola en público.
De ese modo la canción quedó asociada al triunfo de los soldados santiagueños en Pozo de Vargas y se convirtió en una pieza anónima y popular en Santiago del Estero. Andrés Chazarreta, nacido en 1876 dijo, sobre la "Zamba de Vargas" que:
Desde mi infancia la había aprendido oyéndola cantar todos
los días a mi abuelita Agustina.
Andrés Chazarreta
En 1905, Andrés Chazarreta, por entonces inspector de
escuelas, comenzó a sentir "la necesidad de pasar al pentagrama la música
de tantos cantos y bailes que en cada punto oía con sorpresa ejecutar a gente
aborigen". El 25 de agosto de 1906 Chazarreta realizó su debut artístico
en el Teatro Cervantes de Santiago del Estero, eligiendo para ello la
interpretación de la Zamba de Vargas, en solo instrumental de guitarra. Las
autoridades y la clase alta santiagueña reaccionaron con desagrado frente a la
interpretación de música folklórica en un teatro, declarando que "era un
retroceso para la cultura".
Dos años después, en 1908, la partitura fue publicada por la
casa Medina de Buenos Aires, subtitulada como "Baile nacional" y
dedicada al profesor Medardo Moreno Saravia. Zamba de Vargas sería la primera
de un total de 480 partituras publicadas por Andrés Chazarreta.
Chazarreta a su vez le solicitó a Antonio Lombardi que le
diera forma a la letra tomando las versiones que se cantaban en Santiago del
Estero elogiando a Taboada y sus hombres, procediendo a realizar la primera
publicación de la música y la letra, y conformando lo que ha dado en llamarse
la versión santiagueña Allí aparece la leyenda de que la zamba fue tocada y
bailada en batalla, revirtiendo el espíritu de derrota de los santiagueños y
llevándolos a la victoria. En los primeros años de la década de 1930 Chazarreta
registró la zamba interpretada por él mismo en solo de guitarra para la
discográfica RCA Victor, en lo que constituye la primera versión grabada.
En 1933, el investigador y recopilador de poesía oral Juan
Alfonso Carrizo, de origen catamarqueño, publicó otra versión de la letra de la
Zamba de Vargas en su libro Cancionero popular de Salta, con un contenido, en
este caso, favorable a Felipe Varela. El descubrimiento ha llevado a una
corriente historiográfica a sostener que la versión original, en ritmo de
cueca, es de origen riojano, y que el caudillo santiagueño Taboada tomó la
popular melodía para componer una versión que publicitara sus actos de guerra.
Dentro de esa corriente, Duhalde y Ortega Peña sostienen que "la cueca era
la marcha revolucionaria de la época" y que luego de la Batalla de Vargas
"la cultura mitrista pudo desvirtuar aquel hecho, para transformar la
"Zamba de Vargas".
En 1942 Vicente Forte publicó una tercera recopilación de la letra, diferente de las dos anteriores. En 1951 Eduardo Falú grabó la canción como Lado B de un single de TK en un solo instrumental de guitarra.
En 1964, Atahualpa Yupanqui grabó la versión de Chazarreta en
solo de guitarra, en el álbum Selva, pampa y cerro. En 1965 Los Cantores del
Alba incluyen en el álbum Cantemos folclore una versión de la canción,
siguiendo las pautas clásicas de la recopilación de Chazarreta-Lombardi y de la
interpretación de Los Chalchaleros. En 1956, Los Cantores de Quilla Huasi
incluyeron en su primer álbum una versión completamente diferente de la zamba,
tanto en su melodía en ritmo de cueca lenta, como en la letra, según el diseño
de Bartolomé Peralta Luna tomando las recopilaciones de Carrizo y Forte, y
conformando lo que ha dado en llamarse la versión riojana. Tres años después,
Los Chalchaleros incluyeron la versión santiagueña en su sexto álbum, El
arriero va, siguiendo la recopilación de Chazarreta-Lombardi, obteniendo un
éxito resonante.
En 1966, Ariel Ramírez, Los Fronterizos y Eduardo Falú
grabaron la zamba en el álbum Coronación del folklore Vol 2, combinando las
recopilaciones musicales de Chazarreta y Peralta Luna. En 1968 Los Cantores de
Quilla Huasi grabaron una versión santiagueña de la Zamba de Vargas, siguiendo
la melodía recopilada por Chazarreta pero una letra compuesta en base a las
diversas recopilaciones y recitados que buscan establecer un punto de encuentro
entre riojanos y santiagueños; el mismo recitado es interpretado por el Dúo Benítez-Pacheco,
acompañando la versión clásica que hace de la transcripción de
Chazarreta-Varela. El mismo año, Roberto Rimoldi Fragaincluyó la canción en el
álbum Con sabor a patria, interpretándola según la versión riojana que grabaron
Los Quilla Huasi en 1956, pero con ritmo más rápido adoptando la forma de una
cueca.
Finalmente, en 1973, Los Hermanos Ábalos, en su álbum Los 33
años de Los Hermanos Ábalos, lanzaron una nueva versión de la canción, con
idéntica melodía y ritmo que la recopilación de Chazarreta, pero diferente
letra aunque siempre dentro del grupo santiagueño, en la que dice que en
Santiago del Estero la zamba es también conocida como "la
Triunfadora".
Letra
Por ser una canción anónima, la "Zamba de Vargas"
carece de una letra única. Diversas estrofas y variantes se han ido acumulando
a través de los años y los intérpretes optan por unas u otras a voluntad.
Sin perjuicio de ello las letras pueden dividirse en dos
grandes vertientes, la versión riojana y la versión santiagueña, según el bando
que se destaque o se ensalze. Ambas versiones también han sido denominadas la
versión federal y la versión unitaria de la "Zamba de Vargas".
En general la cultura riojana ha considerado la versión santiagueña como ofensiva o humillante, sosteniendo que se trata de una melodía riojana-catamarqueña que fue apropiada por los santiagueños que integraban las tropas de Taboada, para cambiarle la letra y realizar la apología de su victoria sobre Felipe Varela. Por su parte, para la cultura santiagueña, se trata de una canción patriótica íntimamente relacionada con el orgullo provincial, que ha gozado de una alta popularidad ininterrumpida durante más de 130 años.
En todo caso, la versión santiagueña es la más conocida,
sobre todo debido a la obra de difusión realizada desde 1906 por Andrés
Chazarreta, con quien se la identifica. Por otra parte, ambas versiones
expresan el grado de crueldad y violencia que alcanzaron las luchas fratricidas
en Argentina. En este último sentido, el músico Carlos Di Fulvio ha
reflexionado:
Cada vez que me ha tocado interpretar esta zamba, siempre, a
parte de la emoción, he llegado a imaginar que sentía hasta el olor de la
sangre con que se abonó el suelo de mi Patria, allá en sus albores.
Carlos Di Fulvio
Versión santiagueña
La versión santiagueña tiene tres estructuras líricas
básicas, recogidas respectivamente por Domingo Lombardi (acompañando la recopilación
musical de Chazarreta), Vicente Forte y Los Hermanos Ábalos.
Recopilación de
Lombardi
La letra recopilada por Domingo Lombardi, fue recogida en
Santiago del Estero en la primera década del siglo XX. La misma refleja el
conocimiento oral del propio Chazarreta, cuyo tío, Manuel Antonio Chazarreta
combatió en la Batalla del Pozo de Vargas, y cuya abuela Agustina, de tradición
taboadista, tenía el hábito de cantarla diariamente. Chazarreta recibe también
los relatos de dos ex combatientes del Pozo de Vargas amigos de su familia, el
capitán Ambrosio Salvatierra y el músico y abanderado José María de Gauna.
La recopilación de Lombardi es la letra más conocida de la
canción, la que difundió durante décadas Chazarreta y la que se hizo éxito
masivo con la interpretación de Los Chalchaleros en 1958 cuando fue incluida en
su álbum El arriero va. Es también la letra que cantan Los Cantores del Alba en
la versión incluida en el álbum Cantemos folclorede 1965.
La letra tiene cuatro estrofas de seis versos cada una e
igual estructura. Comienza con la conocida frase "forman los riojanos en
pozo 'e Vargas..." y su métrica lírica se ajusta a la métrica de la
recopilación musical de Chazarreta. Es un relato completo de la batalla,
incluyendo el episodio en el que Taboada mandó tocar a la banda. La primera
estrofa ubica a los riojanos y santiagueños en "pozo 'e Vargas",
comandados por Varela y Manuel Taboada, y listos para enfrentarse. En la
segunda estrofa comienza la batalla ("atacó Varela") y luego de una
sangrienta confrontación ("tocando a degüello"), los santiagueños
comienzan a retroceder ("ya pierden terreno los santiagueños"). En la
tercera estrofa, Taboada arenga a sus hombres para evitar la retirada
("vencer o la muerte vuelvan sus caras") y tiene la idea de ordenar a
la banda tocar la zamba en plena batalla ("y ahí nomás a la banda, la
vieja zamba mandó tocar"). En la cuarta estrofa la canción insufla coraje
a los hombres de Taboada ("llevando en sus notas bríos al alma"),
quienes gracias a ello revierten la suerte de las armas. La canción termina
atribuyéndole el triunfo tanto a los soldados como a la canción y bautizándola
como "Zamba de Vargas":
Y el triunfo
consiguieron
los santiagueños y
este cantar,
para eterna memoria
zamba de Vargas
siempre será.
La letra tiene la particularidad de mencionar a Manuel Taboada como el comandante de las tropas santiagueñas y quien da la orden de tocar a la banda. En realidad el comandante no era Manuel Taboada, sino su hermano mayor Antonino Taboada; Manuel era el jefe de la infantería. Los hermanos Taboada, conjuntamente controlaron el poder en la provincia de Santiago del Estero en las décadas de 1850 y 1860.
Recopilación de Forte
En 1942 Vicente Forte publicó una recopilación de una nueva
letra de la canción, que se sumó a las que ya habían recopilado Lombardi y
Carrizo.
Los versos recogidos por Forte utilizan un formato en el que
los dos primeros versos comienzan con la palabra "batallón", seguida
del nombre del mismo. El uso de una primera palabra aguda de tres sílabas,
produce un efecto marcial que caracteriza la versión:
Batallón Cazadores,
Batallón Cazadores,
dijo Paunero,
por derecha e
izquierda,
por derecha e
izquierda,
rompan el fuego,
rompan el fuego.
Incluye también algunos versos que se han vuelto clásicos en las versiones alternativas a la de Chazarreta-Lombardi, como:
...Manuel Taboada,
si esta guerra la
pierdo
no cargo espada, no
cargo espada.
Esta letra incluye la presencia de Paunero, que no combatió
en la Batalla de Pozo de Vargas.
Recopilación de Los
Hermanos Ábalos
En 1973 Los Hermanos Ábalos grabaron una versión de la zamba
con una nueva letra, de solo dos versos, cantada con la música registrada por
Chazarreta.
La letra se caracteriza por incluir como quinto verso de cada
estrofa la expresión "si ay ay ay", que debido a la necesidad de
acomodar la métrica a los compases de la melodía, obliga a extender el
"siiiii", haciéndola aparecer más lenta y sincopada. Luego de decir
que se trata de una "zamba que los santiagueños cantan con toda el
alma", cuenta también que, en Santiago del Estero, la canción es conocida
como "la triunfadora".
Versión riojana
Juan Alfonso Carrizo en La Rioja en 1939. Sus recopilaciones
del cancionero popular delnoroeste argentino permitieron reconstruir la versión
riojana federal de la "Zamba de Vargas".
La versión riojana tiene una estructura básica, tomada de las
recopilaciones del cancionero popular del noroeste argentino realizadas por Juan
Alfonso Carrizo, en las décadas de 1920 y 1930.
La característica lírica de la versión riojana recopilada por
Carrizo es su estructura inicial, iniciando tres de las cuatro estrofas con el
grito de "¡a la carga!", del comandante en batalla:
¡A la carga! ¡a la
carga!
dijo...
Carrizo no precisa en sus recopilaciones que las estrofas
recogidas pertenecen a la "Zamba de Vargas". Correspondió a Bartolomé
Peralta Luna identificar las coplas apropiadas para organizarlas en cuatro
estrofas que conformaron la versión riojana de la canción, acompañadas también
por dos recitados escritos por el propio Peralta Luna, que se dicen antes de
comenzar la primera y la segunda, respectivamente.
Recopilaciones de
Carrizo y arreglos de Peralta Luna
Las dos primeras estrofas de la letra de Peralta Luna
(izquierda) están tomadas de tres coplas recopiladas por Juan Alfonso Carrizo
(derecha):
Bartolomé Peralta Luna
Juan Adolfo Carrizo
¡A la carga, a la
carga!
-dijo Varela.
¡A la carga,
artilleros,
zambita, rompan
trincheras!
Rompan trincheras,
cierto
-dijo Elizondo.
Batallón lagunero,
zambita, de dos en
fondo.
¡A la carga! ¡a la
carga!
Dijo Varela
¡Batallón Colorado!
¡Rompan trinchera!
¡A la carga! ¡a la
carga!
Dijo Varela:
¡Batallón lagunero,
rompan trinchera!
¡A la carga! ¡a la
carga!
dijo Elizondo,
¡Valientes laguneros,
de dos en fondo!
Para componer esta versión, Peralta Luna utiliza el mismo procedimiento de la tradición popular de combinar versos y expresiones de distintas coplas. Toma incluso la frase que la recopilación de Forte le atribuye a Taboada, para componer la tercera estrofa:
Bartolomé Peralta Luna
Vicente Forte
¡A la carga, a la
carga!
-dijo Taboada.
Si esta guerra no
gano,
zambita, no cargo
espada.
Manuel Taboada,
si esta guerra la
pierdo
no cargo espada, no
cargo espada.
La última estrofa de Peralta Luna es anómala, porque incluye un verso amoroso picaresco, ausente en las demás versiones de la canción, pero que en realidad se encuentran muy presentes en las versiones tradicionales. La expresión también está tomada de las recopilaciones de Carrizo, pero no de las que se encuentran entre las coplas históricas, sino de entre las Declaraciones, finezas y piropos:
Bartolomé Peralta Luna
Juan Adolfo Carrizo
¡A la carga, a la
carga!
-dijo Chumbita.
Las ansias de
quererte,
zambita, no se me
quitan.
¡Vidita de mi vida!
Sos mi vidita
las ganas de quererte
no se me quitan.
Los recitados de Peralta
Luna
Peralta Luna agregó a su versión un poema que se recita en
dos partes, antes de comenzar la primera y la segunda, respectivamente.
El primer recitado está integrado por dos estrofas, una
redondilla y una sextilla. La primera estrofa ubica al oyente en el tiempo de
"la ruda montonera" en que "el caudillo es bandera",
refiriéndose así a las guerras civiles argentinas. La segunda habla de las
luchas fratricidas que involucraron a "santiagueños y riojanos"
("lágrimas y sangre mucha, corrió por montes y llanos") y menciona la
leyenda de la zamba nacida de la batalla ("cuentan los paisanos, que al
son de zamba triunfaron").
El segundo recitado también está integrado por dos estrofas,
pero en este caso se trata de dos cuartetas asonantadas. Está íntegramente
dedicado a contar la leyenda de la ejecución de la zamba durante la batalla,
atribuyéndole el carácter de una tradición oral de origen santiagueño
("cuentan de los santiagueños").
Música
La "Zamba de Vargas" se interpreta con dos melodías
muy similares, una recopilada por Andrés Chazarreta en 1906, y otra por Luis
Peralta Luna, y aunque ambas tienden a identificarse con las versiones
santiagueña y riojana de la canción, respectivamente, también es posible que
las versiones intercambien las melodías.
La melodía recopilada en Santiago del Estero por Chazarreta
en 1906, es la música de una zamba de la que se tenga registro más antiguo. La
misma es resultado del proceso histórico-cultural mediante el cual la zamacueca
afroperuana se transformó en cueca chilena, para volverse a transformar en
zamba argentina, uno de los estilos musicales más representativos y populares
de ese país. Por esa razón ha sido considerada como "la madre de todas las
zambas".
La música original de Chazarreta está concebida en compás de
6/8, con una introducción y dos partes iguales (primera y segunda), sin
estribillo.
Luego de la introducción, la canción está compuesta por
cuatro secciones iguales de 16 compases, dos en la primera y dos en la segunda.
A su vez, cada sección de 16 compases, correspondiente a una estrofa, está
integrada por dos líneas melódicas sucesivas de 8 compases, que constituyen el
núcleo de la canción. La primera línea melódica, está construida sobre una
oscilación armónica simple entre re menor y la séptima, mientras que la segunda
línea melódica se realiza sobre una escala descendente sol menor-do séptima-fa
mayor-si bemol séptima-la séptima y vuelta a re menor.
La música aportada por Luis Peralta Luna es muy similar
(compás de 6/8 y cuatro secciones de 16 compases sin estribillo). La diferencia
sustancial radica en la segunda linea melódica de cada sección, que en esta
versión no sigue una escala descendente -como la de Chazarreta- sino que adopta
una combinación fa mayor-sol mayor que se repite antes de resolverse en la
mayor y vuelta a re menor, que le otorga a la canción un tono de euforia.
Versiones
Las versiones de la "Zamba de Vargas" se distinguen
según sean puramente instrumentales o cantadas. En el primer caso siempre se
interpreta la música recopilada por Andrés Chazarreta en 1906, en tanto que en
el segundo caso, hay grandes variaciones, tanto de la letra, como de la melodía
y el ritmo.
Versiones
instrumentales
La versión más antigua es la realizada por Andrés Chazarreta
en solo de guitarra. La misma fue interpretada por primera vez en 1906, pero no
ha quedado grabada. Entre 1930-1935, Chazarreta grabó la canción para RCA en
sólo de guitarra, y aunque es difícil de encontrar, su nieto ha puesto esa
grabación al alcance del público en Internet. En 1962, RCA Víctor incluyó una
versión del tema interpretado por Andrés Chazarreta y su orquesta nativa, en el
álbum Folklore: Artistas consagrados / Nuevos valores.
En 1951 Eduardo Falú grabó la canción como Lado B de un
single de TK en un solo instrumental de guitarra, siguiendo la recopilación de
Chazarreta. La versión de Falú se encuentra también como tema A1 en el álbum
Eduardo Falú vol 2 (1956).
Una tercera versión instrumental en guitarra fue realizada
por Atahualpa Yupanqui en 1964 siguiendo la versión de Chazarreta, en el álbum
Selva, pampa y cerro.
Ese mismo año Carlos Di Fulvio realiza otra interpretación en
guitarra que se caracteriza por el virtuosismo y que incluye en el álbum
Concierto Supersticioso para guitarra, percusión y voces (1964), la primera de
sus obras integrales, aunque sin pertenecer al mismo. Di Fulvio volvió a grabar
"Zamba de Vargas" dos veces más, para el álbumGuitarrero, grabado en
1981 y lanzado en México en 1984, y para el álbum Campo afuera (1997), editado
en Holanda. En estas últimas dos versiones el estilo aparece aún más depurado,
a la vez que el tiempo de la canción es algo más lento.
En 1969 Ariel Ramírez y Jaime Torres grabaron una bella
versión puramente instrumental realizada en dúo de piano y charango en el álbum
llamado precisamente Con piano y con charango. La interpretación cuenta también
con el apoyo de Domingo Cura en el bombo legüero.
Versiones cantadas
En la década de 1940 el Dúo Benítez-Pacheco, integrado por el
riojano Antonio Benítez y el catamarqueño Eduardo Pacheco (catamarqueño). con
Luis Peralta Luna al piano, grabó una de las primeras versiones cantadas de la
que se tiene registro. Sigue la versión clásica Chazarreta-Lombardi, pero le
agrega el recitado escrito por Bartolomé Peralta Luna.
En 1956 y 1959, Los Cantores de Quilla Huasi y Los
Chalchaleros, lanzaron las dos versiones clásicas del tema: aquellos en su
versión riojana y éstos en su versión santiagueña.
La interpretación de los Los Cantores de Quilla Huasi está incluida
como primer tema de su primer álbum. Se trata de la versión riojana, con letra
organizada por Bartolomé Peralta Luna tomada de las recopilaciones de Carrizo y
Forte, y música recopilada por el propio B. Peralta Luna, considerablemente
diferente de la recopilación de Chazarreta. La interpretación de los Quilla se
caracteriza por estar sostenida por el canto de los cuatro integrantes a dos
voces, y la presencia destacada del punteo de guitarra, tanto en la
introducción como durante al canto a modo de contrapunto, sobre un fondo rítmico
de guitarra y bombo.
En 1959 Los Chalchaleros incluyeron la versión santiagueña en
su sexto álbum, El arriero va, siguiendo la recopilación de Chazarreta-Lombardi
y obteniendo un éxito resonante. Los Chalcha realizan una interpretación
similar en su estructura a la que habían lanzado los Cantores de Quilla Huasi
tres años antes, también con los cuatro integrantes cantando a dos voces, y la
presencia de un punteo de guitarra en la introducción, aunque no durante el
canto.
En 1965 Los Cantores del Alba incluyen en el álbum Cantemos
folclore una nueva versión de la canción, siguiendo las pautas clásicas de la
recopilación de Chazarreta-Lombardi. La característica más destacada de esta
interpretación es un trabajo de voces más complejo y variado, incluyendo
tercera y cuarta voces, y alternando el dúo de registro alto de Santiago
Escobar y Gilberto Vaca, que domina la canción, con dúos en registro de
barítono.
En 1966 Ariel Ramírez (piano), Los Fronterizos y Eduardo Falú
(guitarra), grabaron la zamba en el álbum Coronación del folklore Vol 2,
combinando las recopilaciones musicales de Chazarreta y Peralta Luna. Se trata
de una compleja versión, basada en múltiples contrapuntos: de piano contra
guitarra, de piano o guitarra contra voces, de solista contra coro, e incluso
oponiendo las melodías de Chazarreta y Peralta Luna.
En 1968 Los Cantores de Quilla Huasi grabaron en el álbum Los
clásicos del folklore al estilo de Los Cantores de Quilla Huasi, una versión
siguiendo la música recopilada por Chazarreta, pero con una letra que busca establecer
un punto de encuentro entre riojanos y santiagueños, precedida cada parte por
el recitado de B. Peralta Luna ("y con el tiempo fueron buenos
hermanos"). Esta versión de los Quilla Huasi, referida habitualmente como
segunda versión, tiene la peculiaridad de acortar la segunda estrofa de cada
parte, suprimiendo el segundo verso, modificación que le introduce mayor
dinamismo a la canción. Esta segunda versión de la "Zamba de Vargas"
de Los Cantores de Quilla Huasi, refleja en el canto, los cambios del grupo
respecto de la formación original que grabó la primera doce años antes, en la
que ya no están Fernando Portal ni Carlos Vega Peredo (primera voz),
reemplazados por Oscar Valles (primera voz) y Roberto Palmer, respectivamente.
También en 1968, Roberto Rimoldi Fraga incluyó la canción en
el álbum Con sabor a patria, interpretándola según la versión riojana que
habían lanzado Los Quilla Huasi en 1956, pero con ritmo mucho más rápido
adoptando la forma de una cueca. Esta particularidad obedece al perfil
ideológico de Rimoldi Fraga que simpatizaba abiertamente a la causa federal de
los caudillos, y entre ellos, lógicamente, Felipe Varela. Siguiendo los
descubrimientos de investigadores como Alén Lascano, Ortega Peña y Duhalde, la
"Zamba de Vargas" habría evolucionado desde una cueca chilena
original, bailada en el campamento de Varela a instancias de los soldados del
batallón chileno al mando de Estanislao Medina, mutando luego hasta hasta tomar
la forma definitiva de zamba por influjo santiagueño. Por lo tanto la versión
federal y original de la canción, tal como debieron haberla cantado y bailado
las tropas de Felipe Varela, debió haber tenido la forma de cueca o chilena.
En 1971 el Dúo Salteño y el Cuchi Leguizamón, aportan una
versión notable incluida en el álbum El canto de Salta, acompañados solamente
por el piano (Leguizmón) y la guitarra, pero sin bombo. La interpretación sigue
la versión clásica aportada por Chazarreta-Lombardi, pero abagualada por el
estilo vocal que caracteriza al Dúo, apoyado en los altos registros que alcanza
la primera voz de Néstor “Chacho” Echenique, llegando incluso a niveles
femeninos de soprano, propio "de las bagualeras de la puna", y la
segunda voz de Patricio Jiménez, haciéndola oscilar entre tenor y barítono, de
compleja afinación, inspirada en el contrapunto de Arnold Schöenberg. El ritmo
a su vez está ralentado, imprimiéndole una sensación de morosidad. La versión
prescinde también del "adentro" tradicional.
En 1973, Los Hermanos Ábalos, en su álbum Los 33 años de Los
Hermanos Ábalos, lanzaron una nueva versión de la canción, con idéntica melodía
y ritmo que la recopilación de Chazarreta, pero diferente letra, aunque siempre
dentro del grupo santiagueño. La versión está ejecutada sobre una base
instrumental de piano y guitarra, y eventualmente acompañada de palmas. La
primera es cantada a dos voces y la segunda es puramente instrumental.
En 1991 el músico clásico Alfredo Rossi y Rossi compuso Ocho
variaciones, fuga y final (Zamba de Vargas), para orquesta y piano, sobre la
melodía recopilada por Chazarreta.
Publicado en FBK por Patio santiagueño
El folclore de Santiago del Estero, Folklore, Historia e
Identidad, Zamba de Vargas,
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